El consejero de Empleo, Investigación y Universidades, Miguel Motas, negaba ayer que se haya producido ningún desencuentro entre él y el ya exdirector del SEF, Aurelio Morales. Tras hacerse pública la decisión que Morales dio a conocer a través de las redes sociales, el titular de Empleo indicó que no le consta que se haya producido «ningún tipo de roce ni desavenencia» que justifique «la dimisión irrevocable» del director general del Servicio de Empleo y Formación (SEF), a quien agradeció «el gran trabajo» que ha desempeñado desde el inicio de la legislatura.

En una rueda de prensa, Motas indicó que Morales le había trasladado que su decisión se debe a «motivos estrictamente personales», en ningún caso relacionados con el ámbito laboral, con lo que mostró su «respeto» hacia este anuncio y hacia el trabajo que el director del SEF ha llevado a cabo, del que se siente, dijo, «muy satisfecho».

Miguel Motas reconoció que es «bastante exigente» en todo lo que tiene que ver la Consejería y que el ritmo de actividad en el Servicio de Empleo y Formación es «muy alto». Añadió que «todos los directores generales sufren este nivel de exigencia», incluido él como principal responsable de la Consejería.

«Tenemos reuniones semanales del consejo de dirección y de cada una elaboramos unas fichas donde incluimos soluciones ejecutivas que evaluamos cada siete días, y lo llevamos al extremo», indicó Motas, tras insistir en que es «consciente» de que el SEF «implica un gran sacrificio» y que, en este sentido, «Aurelio siempre ha estado a la altura».