Las alcaldesas de Cartagena, Ana Belén Castejón; de Águilas, María del Carmen Moreno, y de San Pedro del Pinatar, Visitación Martínez, y la teniente de alcalde del Ayuntamiento de Murcia, Paqui Pérez, participaron ayer en una mesa redonda organizada por la Asamblea Regional de Murcia con motivo del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.

En un ambiente distendido, las participantes en este encuentro, moderado por Celia Cantero, delegada de la Agencia Efe en la Región de Murcia, afirmaron que la gestión de los municipios no es mejor o peor en función de si el alcalde es hombre o mujer, sino en función de la «aptitud» y «actitud» de quien ostenta tal responsabilidad, y en la disponibilidad de dos cualidades básicas para gobernar un Ayuntamiento.

Entre estas condiciones destacaron saber escuchar y saber dialogar. «Si no sabes escuchar, atender a los ciudadanos, estar a su lado, no vas a ser un buen alcalde», apuntó la alcaldesa de Águilas, algo sobre lo que mostraron su acuerdo sus homólogas en Cartagena y San Pedro del Pinatar.

La conciliación de la vida personal y profesional ha emergido como «el gran reto del siglo XXI», no sólo para las políticas, sino para cualquier mujer trabajadora. A pesar de reconocer que se han perdido etapas de la vida de sus hijos, que no van a poder recuperar, las participantes en la mesa redonda confesaron que ser alcaldesa de sus respectivos municipios ha sido una experiencia enriquecedora y ha colmado todas sus expectativas.

La igualdad real y efectiva, aún no conseguida, como objetivo, y dar visibilidad a la situación de la mujer en la política han sido otros asuntos tratados en esta mesa redonda.

«Hace 40 años era impensable que hoy hubiera 16 mujeres alcaldesas en la Región; quizás pueda parecer que somos pocas, pero la verdad es que hemos avanzado mucho», comentó Mari Carmen Moreno. Por su parte, Visitación Martínez afirmó que «ha quedado claro que la nueva cara del poder local somos mujeres, y que el ser alcaldesas no es cuestión de género».

Seguras de sí mismas

El nuevo poder local tiene rostro de mujer. La mesa redonda celebrada ayer en la Asamblea Regional dibuja a una mujer, universitaria, de 44 años, capaz y segura de sí misma, que ha sacrificado su vida personal, aún a sabiendas de que habrá etapas que no va a recuperar, para ostentar la máxima representación de su municipio, experiencia, que, a pesar de su dureza, ha colmado todas sus expectativas políticas.