Hasta hace muy poco tiempo la cueva más radiactiva de España era la de Castañar de Ibor (Cáceres). En esta cavidad situada en Extremadura los geólogos habían detectado 35.000 becquerelios por metro cúbico, que es la unidad con la que se mide la actividad radiactiva.

Hoy, gracias al grupo de investigación del Instituto Geológico y Minero de España, liderado por el geólogo Raúl Pérez López, se ha determinado que la cueva con más radiactividad de España es la sima del Vapor, en el cerro del Castillo de Alhama de Murcia. Los datos han impresionado a toda la comunidad científica centrada en la geología. Esta sima registra 56.000 becquerelios por metro cúbico en la medición de emisión de radón, casi el doble que la de Castañar de Ibor. El radón es un gas radiactivo y se produce a partir de la desintegración natural del uranio, pero no hay uranio en la sima del Vapor. Este hecho es el que más sorprendió a los investigadores una vez se calculó ese valor medio de 56 kBq/m3.

La radiactividad de la cueva de Cáceres estaba asociada a unas pizarras con uranio, «pero en Alhama no hemos detectado uranio, ni radón, ni radio», señala el geólogo Raúl Pérez a esta redacción. La explicación se encuentra en la actividad sísmica de la zona.

La sima del Vapor, originada por la falla de Alhama, con una profundidad registrada de sus pozos de 80 metros, tiene conexión directa con la corteza terrestre, hasta llegar a los diez kilómetros de profundidad, lugar de donde procede el radón. «La falla nos está diciendo que tiene la capacidad de penetrar 10 kilómetros de profundidad, por eso sabemos con seguridad que puede generar terremotos de magnitud 6». Las últimas investigaciones determinan que para que una falla provoque un terremoto de magnitud 6 debe «romper la pared vertical hasta 10 kilómetros de profundidad o más».

En la medición de la emisión de radón, el equipo de Raúl Pérez tiene ya «un año con datos a intervalos puesto que los aparatos sufren mucho en su interior, a unos 30 metros de profundidad, en condiciones de 35 grados de temperatura y 100% de humedad relativa». Señala que ya han perdido parte de estos aparatos «que no son fáciles de reemplazar». Pero lo más importante es que en la cueva, debido a los altos niveles de radiactividad, no pueden estar dentro más de nueve horas al año «para no llegar a tener posibilidades de padecer un cáncer de pulmón», señala el geólogo. La Organización Mundial de la Salud determina que el radón es la segunda causa más importante de cáncer de pulmón después del tabaco.

Lo que sí que pueden afirmar «sin ninguna duda» es que la sima del Vapor es la cueva natural más radiactiva de España, y una de las más radiactivas del mundo, «y el motivo no es otro que haberse desarrollado a favor de la falla de Alhama de Murcia».

90 kilómetros de falla

Tanto el equipo del Instituto Geológico y Minero de España como investigadores de las universidades complutense y politécnica de Madrid, han llevado a cabo un estudio de radón a lo largo de la falla de Alhama: «hemos completado un año de medidas con 50 puntos iniciales a lo largo de 90 kilómetros, registrando un incremento de los valores de emisión de radón entre el invierno y el verano. Esto es normal, dentro de la influencia del clima, y en general en épocas cálidas se produce un aumento de radón». Ahora, señala Raúl Pérez, están correlacionando las emisiones de radón por sectores entre Góñar y Alcantarilla, con los micro-terremotos registrados durante el 2019.

«Los valores de radón que hemos registrado no son tan altos como para que sean un problema de salud, máxime si tenemos en cuenta que medimos en zonas de ramblas, en espacios abiertos bien ventilados». Están contentos con el hecho de que «nos han vandalizado cada vez menos de estos dosímetros de radón, que realmente son aparatos de escaso valor comercial, pero que registran una importante cantidad de datos para entender los terremotos». Uno de los hándicaps que tienen como científicos es «obtener el mayor número posible de datos representativos sobre la fenomenología sísmica para poder hacer modelos más realistas que permitan avanzar en la prevención».

La falla de Alhama tiene 90 kilómetros de largo y 15 de ancho, se divide en seis sectores y, como señala el geólogo del IGME, es «única en el mundo».