El hecho de que exista el robo en las tiendas es casi tan antiguo como lo es el comienzo de la compra y la venta.

Desde el antiguo Egipto, donde el robo era castigado con la pena de muerte, pasando por costumbres orientales que aplicaban el corte de manos o falanges como castigo, ha llegado hasta la actualidad, cuando puede llegar a aplicarse pena de prisión en situaciones en las que que el autor ejerza violencia o intimidación o fuerza en las cosas, en el caso del Código Penal español.

Seguramente estamos acostumbrados a ver noticias relacionadas con el robo y hurtos en viviendas y comercios, con la pesadilla que puede suponer en algunas ocasiones como el robo de una cartera con documentación.

Existen muchos perfiles criminales que pueden identificar al autor de un delito contra el patrimonio, de hecho hay que tener en cuenta factores criminológicos básicos como: la familia, la escuela, grupo de iguales o la cultura.

Esto hay que unirlo, a su vez, a la orientación que estos amigos de lo ajeno tienen hacia determinados objetos conforme va progresando la sociedad y las modas.

De hecho, lejos queda atrás el tener que estar pendiente de dónde se estacionaba el vehículo para que no nos quitaran la radio del coche: esto ha ido evolucionando hacia la sustracción sobre todo de productos tecnológicos, como teléfonos inteligentes o tabletas.

Según datos del Ministerio de Interior, durante el año 2019 en la Región de Murcia se cometieron un total de 7.712 delitos de robo, 1.528 robos con violencia e intimidación y 6.184 robos con fuerza en domicilios o establecimientos.

Por otro lado, estás mismas cifras, reflejan que el 2019 se han denunciado 15.149 hurtos en la Región.

Sin duda, la cultura preventiva debe de estar por encima de todo, para poner todos los impedimentos posibles a los amigos de lo ajeno, y que se lo piensen dos veces antes de cometer un acto ilícito.

Es muy importante tomar ejemplo de establecimientos que han sabido introducir esta cultura preventiva. Por ejemplo en Estados Unidos la cadena 7Eleven adoptó hace tiempo nuevas medidas preventivas que redujeron en un 40% el número de delitos en sus tiendas.

Estos consejos o medias, pueden ser tomadas por cualquier tipo de establecimiento abierto al público, y mucho más en aquellos que su horario comercial se desarrolle durante las 24 horas:

- Instalar sistemas de seguridad y vigilancia.

- Eliminar la publicidad y cristales tintados de ventanas, para que desde exterior de pueda observar

lo que ocurra en la tienda.

- Modificar la ubicación de la caja, para que pueda ser observada desde la calle.

- Limitar el acceso a los empleados sobre el dinero en efectivo.

- Ofrecer descuentos a determinados colectivos (taxistas, servicios de limpieza, sanitarios, cuerpos de seguridad,…) para que frecuenten el establecimiento.

- Entrenar a los empleados para que sepan actuar en caso de atraco, y que identifiquen cualquier indicio o elemento sobre el ladrón (ropa, color de los ojos, color del pelo, matrículas,…)

Está claro que cualquier medida siempre es poca para evitar la perpetración de un robo o hurto, pero siempre me gusta recordar que no merece la pena enfrentarse a un atracador por un artículo que apenas puede costar treinta o cuarenta euros, y que dejemos actuar a los profesionales de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.