El denominado Atlas de Odonatos de la Región de Murcia es una obra elaborada por la Asociación de Naturalistas del Sureste (Anse) y Aguas de Murcia en el marco de un convenio de colaboración para la integración de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Para elaborarlo, un grupo de naturalistas ha pasado once años observando el comportamiento de estos vistosos insectos.

Chema Catarineu, presidente de Anse, hace hincapié en el prólogo del libro en que «si queremos conservar nuestra rica biodiversidad, lo primero que tenemos que hacer es conocerla, saber cuáles son las especies que la conforman y entender cómo afrontan los grandes cambios que sufren actualmente nuestros ecosistemas».

«Con relación a la fauna que habita en la Región de Murcia, cada vez tenemos más información acerca de peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos, pero todavía nos queda mucho por saber acerca de nuestros invertebrados», detalla el experto.

Así, el libro incluye las fichas de las 48 especies de odonatos presentes en la Región, incluyendo imágenes de cada una de ellas, información acerca de cómo identificarlas, su distribución, biología o los hábitats que ocupan.

Recuerda el presidente de Anse que «las libélulas aparecieron por primera vez hace unos 300 millones de años, durante el Carbonífero Superior, y son el resultado de un gran éxito evolutivo, gracias sobre todo, a que son unas eficaces depredadoras, tanto en su fase larvaria como adulta».

«En el agua, las larvas de libélula predan sobre una amplia variedad de presas, desde protozoos, pequeños crustáceos o artrópodos hasta larvas de anfibios», manifiesta el experto.

En la misma línea, indica que «los adultos consumen gran cantidad de insectos que capturan en vuelo, como dípteros, himenópteros o lepidópteros. Por tanto, las libélulas tienen un importante papel de regulación de las poblaciones de otros insectos, incluyendo algunos que causan molestias a la especie humana, como los mosquitos o algunas especies dañinas para la agricultura». «Por otro lado, las libélulas son, a su vez, alimento para otros depredadores tanto en su fase larvaria como de adultos», comenta.

Este grupo tiene también un especial interés para los científicos ya que, durante su desarrollo larvario algunas especies necesitan aguas limpias y bien oxigenadas, así que pueden ser utilizadas como especies indicadoras de la calidad del agua en los estudios ecológicos.

«Además, la presencia de libélulas permite a todas las personas que visiten nuestros ríos, ramblas, acequias, balsas, charcas o estanques disfrutar de sus vuelos rápidos y acrobáticos, de sus llamativos coloridos y de sus interesantes comportamientos territoriales y de apareamiento», precisa el presidente de Anse.

Aprenderá el lector de este volumen que los odonatos actuales se dividen en tres subórdenes: Zygoptera, Anisoptera y Anisozygoptera, los últimos representados sólo por los Epiophlebiidae, del Japón y la Región Oriental.

Los odonatos son insectos de metamorfosis sencilla. Su ciclo vital consta de varias mudas larvarias, entre siete y dieciséis, y de una última muda, la eclosión, antes de alcanzar la forma adulta.

Explica el atlas que «en la Región de Murcia, los datos apuntan a una drástica reducción de algunos taxones en los últimos 70 años». «Así especies como Coenagrion mercuriale han pasado de ser especies frecuentes a estar protegidas por la legislación europea», apuntan los expertos.

Otras especies como Cordulegaster boltonii o Boyeria irene parecen haber sufrido una contracción de su área de distribución hacia el Noroeste, cuando a mediados del siglo XX alcanzaban la Sierra de Carrascoy.

La Región, de esta manera, ha experimentado un importante cambio en la comunidad de los odonatos, tal y como se expone en el atlas, que compara la situación actual con la descrita en 1953 por Andreu-Rubio. Así, las especies con mayores requerimientos de aguas limpias y oxigenadas se han refugiado en arroyos de montaña del Noroeste, mientras que el cambio climático ha permitido la llegada de un buen número de libélulas del norte de África.