Francisco Inglés, junto a su hermano Mario y Nicolás Hornillos, es uno de los tres cofundadores de la startup startupOBUU fundada en 2015. Este emprendedor cartagenero estudió Ingeniería Aeroespacial en la Universidad Politécnica de Madrid y superó un posgrado en simulación numérica.

¿Qué aporta vuestro software StockWatch a las empresas que lo utilizan?

Es una plataforma de inteligencia logística para la optimización de inventarios, simulación de procesos y para diagnóstico de la cadena de suministro en el mantenimiento de maquinaria compleja. Comenzamos con aeronaves, con trenes de alta velocidad, después con infraestructura crítica, con material rodante... En cuanto a sus beneficios, es necesario explicar que el primer output es un diagnóstico que te dice qué eficiencia estás alcanzando con la estrategia actual, en cuanto a disponibilidad de la flota y al riesgo de escasez; una está asociada a tu almacén y la otra a la flota. Ese diagnóstico te ofrece una curva de costes-eficiencia que definen las máximas eficiencias alcanzables para cada uno de los rangos de inversión, por eso decimos que lo más importante de nuestro software es su 'inteligencia humana', no te da una solución óptima, te las da todas. Te dice cómo estás y cómo deberías estar, de manera que un usuario con un 80% de disponibilidad puede conseguir ese mismo porcentaje reduciendo a la mitad su inversión en inventario o bien aumentar los niveles de disponibilidad sin aumentar la inversión al optimizar la compra.

¿Qué os diferencia de otras empresas del sector?

Al final es un problema matemático y tiene diversas maneras de resolverse. Nosotros tenemos un algoritmo con una enorme potencia de procesado. Nos diferencia también la forma de presentarlo: la curva vincula directamente la inversión en inventario de repuestos con las horas que funciona el avión o el tren, por lo que puedes saber cuánta eficiencia estás ganando en la operación de tus máquinas por cada euro invertido. Y creo que hemos sido muy valientes en la diversificación intersectorial: comenzamos trabajando sólo con empresas aeronáuticas, de repente llegó una de infraestructuras, y lo hicimos. Esa precocidad (nadie nos hubiera aconsejado hacerlo en ese momento) nos ha hecho mucho más fuertes. De cada sector hemos ido aprendiendo cosas nuevas y hemos ido incorporando más inteligencia a nuestro software. El que se ha quedado sólo en el sector de Defensa o en Mobility ha dejado pasar retos y soluciones que nosotros ya tenemos y hemos superado.

Entiendo que el proceso de diversificación no ha terminado.

De hecho, ahora tenemos muchas cosas en la cocina. Una de ellas es un proyecto enmarcado en la Estrategia Regional de Investigación e InvestigaciónInnovación, en el que estamos colaborando con la Universidad Complutense, para definir nuevos algoritmos y en la evolución de otros para su aplicación en el sector del retail.

¿Al margen de este software, ofrecéis más servicios?

Tenemos dos líneas de negocio, un modelo híbrido que combina una línea innovadora, disruptiva y digital en torno al StockWatch, y otra en un departamento que no es innovador o disruptivo pero en el que potenciamos y ofrecemos la excelencia tecnológica y técnica de nuestro equipo: nuestra oficina técnica de ingeniería, en la que hacemos diseños y procesos industriales, simulación electromagnética, de vibraciones, cálculo de estructuras. Ambas áreas tienen una carga de trabajo similar y son rentables; aunque el software es escalable, una vez terminemos con su desarrollo, con las capas de funcionalidades que le queremos añadir, su venta seguirá adelante y el volumen de ingresos que puede generar no es comparable al de la consultoría técnica. Al final, creo que tenemos lo mejor de cada lado: somos unos ingenieros que saben de analítica de datos, de modelos de negocio digitales, pero también sabemos de electromagnetismo, estructuras, soldaduras, o diseño de máquinas.

OBUU arrancó con su selección en los programas de aceleración de startups más importantes, ¿qué os han aportado estos espacios?

De cada programa obtenemos algo, a veces es afianzarnos en un sector, otras una mentoría clave, o el desarrollo de una capacidad específica. Cuando trabajas y vendes productos y servicios a empresas tan grandes toda ayuda es poca en cuestión de gestión de ventas, propiedad intelectual, seguridad informática, licenciamiento, modelos de negocio, perfiles de usuario...

Fuimos la única startup española seleccionada por AirBus Y este fue uno de los factores que determinaron la creación de nuestra empresa. Además, nos ha apoyado la Agencia Espacial Europea y acabamos de terminar el programa TrenLab (Renfe en colaboración con Wayra). De cada uno extraemos soluciones decisivas que nos ayudan con nuestra estrategia, con nuestra imagen de marca, con el desarrollo técnico de nuestro negocio.

Y ahora, de entre más de 200 empresas emergentes, habéis sido seleccionados en el Campus de Google

Y llegamos con algunos retos por nuestro rápido crecimiento. Por ejemplo, ya tenemos clientes del sector de las eléctricas, y de la operación y fabricación ferroviaria, y aeronáutica... estamos a punto de caramelo para internacionalizar empezando por Europa, pero también hemos generado interés en aerolíneas y otras industrias de Latinoamérica; son grandes decisiones que hay que tomar de manera informada, y estos programas nos ayudan a eso. Además, queremos aprender a establecer valores de empresa, cultura empresarial; tenemos una impronta muy personal pero los nuevos empleados que lleguen tienen que tener claro qué es OBUU, por qué estamos en el mundo.

Y todo arrancó hace cinco años...

En 2015 se juntaron varias cosas; la relación cercana con mi hermano y con Nicolás Hornillos, éramos amigos y compañeros de trabajo en una multinacional de ingeniería. Con mi proyecto Fin de Carrera profundicé en ciertas tecnologías, y enseguida nos vimos con ese germen, con la idea clara de que podíamos mejorar el sector del mantenimiento aeronáutico combinando las habilidades y conocimientos que teníamos. Yo conocía los algoritmos y las carencias que tenía el sector y las mejoras que esas herramientas matemáticas podían generar. Nicolás era experto en Publicaciones Técnicas Aeronáuticas, que es la fuente de los datos de entrada del StockWatch. Mario sabía programar un servidor, una base de datos, generar licencias, seguridad, todo aquello que permite convertir modelos matemáticos en un producto digital. En cuanto al futuro, no sé a quién o qué terminaremos pareciéndonos pero nos gusta imaginarnos como un manifiesto contra la vertiente más rancia del corporativismo, una prueba de que es posible otra forma de hacer las cosas, de tomar decisiones. Cuando pase el tiempo, queremos ser ejemplo de un nuevo concepto del trabajo y del aprovechamiento del talento.

¿La Región dispone de suficientes mecanismos que os ayuden a volver a vuestra tierra?

Lo echamos en falta. Estaríamos encantados de ayudar a crearlos o de participar en programas de atracción de talento emprendedor con base tecnológica a Murcia. Con ayuda del Gobierno regional se podrían confeccionar programas de 'matchmaking' entre grandes empresas del sector industrial, agroalimentario o logístico, con startups de todo el mundo, que incentiven a los grandes a adoptar nuevas tecnologías y a los pequeños a hacer negocio y a establecer parte de sus equipos en ella, colaborando con universidades y pymes, en definitiva, generando talento, empleo y cambio cultural hacia la Industria 4.0.

Notas Personales

LOS INICIOS Le preguntamos a Francisco Inglés por los inicios y su memoria le lleva hasta el sofá de un amigo en Toulouse donde pasaba la noche, a los meses de supervivencia con sólo 700 euros (para tres personas), a un estudio con un colchón de gomaespuma en el suelo, un sofá-cama de palés de madera, y una cama de matrimonio coja que tenían que rotar diariamente «para cambiar un dolor de espalda por otro, y pese a todo, conseguíamos ser los más trabajadores, los más sonrientes, y los más espabilados por la mañana». La clave para superar con éxito esa etapa fue «la complementariedad del equipo que formamos, la capacidad de gestionar los buenos y los malos momentos, el consenso trabajado de nuestras decisiones». Asegura haber superado diversas ingenuidades, «cuando bajas de una conferencia en el South Summit (evento para potenciar el ecosistema emprendedor) frente a los fondos de capital de riesgo más importantes y vuelves a llamar a un cliente porque te debe una factura... eso ayuda a tener los pies en la tierra».