El abogado de los tres chicos afganos acusados de ser los supuestos autores de una agresión sexual en Murcia a tres hermanas de Estados Unidos ha enviado una carta al embajador norteamericano en España, Duke Buchan, en la que advierte que detrás su alerta de seguridad a sus compatriotas que visitan nuestro país hay "una velada intromisión en la investigación de este caso".

En la carta, a la que ha tenido acceso EFE, el letrado Melecio Castaño comenta que "a estas alturas ustedes son ya más que conscientes de que las denunciantes van a tener serios problemas para demostrar sus graves imputaciones".

Según el abogado, "podría tratarse de denuncia falsa, toda vez que sabrán que la realidad probatoria resultante de la investigación ha demostrado la existencia de importantes lagunas y contradicciones en las declaraciones de las hermanas Collet, y que las mismas expusieron ante los investigadores un relato tan ilógico e incoherente que nadie en su sano juicio puede creer".

Agrega el letrado que las medidas cautelares impuestas a sus defendidos les están causando unas graves perjuicios, y comenta que "la aparente intromisión" por parte de la cancillería en este preciso momento "bien pudiera tener como finalidad reforzar la justificación dada por el letrado de las chicas respecto de su precipitada salida del país después de interponer la denuncia".

Tal salida a Viena (Austria), según el abogado de los jóvenes afganos, se llevó a cabo "pese a haber sido advertidas por los investigadores de que no debían hacerlo pues tenían que ratificar la misma en el juzgado de forma presencial y colaborar en el esclarecimiento de los hechos".

Señala Melecio Castaño que las jóvenes norteamericanas informaron a la Policía que "iban a otro lugar para de ese modo despistarlos" y remarca que el abogado de las chicas justifició su marcha sin ratificar la denuncia argumentando que la legislación procesal norteamericana es diferente y allí no hay que ratificar denuncias.

Melecio Castaño señala además una entrevista de Ben Ziff, ministro consejero de la Embajada, poniendo en duda la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado "por preguntarle a las víctimas de una presunto delito contra la libertad sexual, llegado el caso, si tienen formalizado un seguro que cubra esa contingencia".

Sobre este asunto, Castaño dice que también es "otra velada intromisión", pues a las denunciantes se les preguntó en comisaría si disponían de una póliza de este tipo, "hecho que, por otra parte, resultaba más que razonable, dado que los investigadores deben valorar todo tipo de circunstancias y situarse en todos los escenarios posibles".

Recomienda asimismo a los funcionarios de la embajada "a que se ahorren el esfuerzo y no metan las manos en este asunto, si es que esa ha sido su intención, y dejen a la Policía y a la Administración de Justicia españolas hacer su trabajo, pues si algo no precisa en este momento este asunto es que vengan a enredarlo más de lo que está, y absténganse en lo sucesivo de cualquier tipo de manifestación que pudiera contaminar el curso del procedimiento".

Por último, pide a la Embajada que haga todo lo posible para que las hermanas Collet "estén lo más pronto posible en el Juzgado de Instrucción ratificando la denuncia", pues la situación generada tras su huída dilata y obstruye la tramitación procesal y perjudica a sus defendidos.