El 90% de los economistas considera prioritaria la reducción del déficit de la Comunidad Autónoma. Los profesionales proponen la racionalización del gasto público y la reducción del tamaño de la Administración regional como las recetas más efectivas para corregir el desfase presupuestario, según recoge el Barómetro del Colegio de Economistas presentado hoy.

La racionalización del gasto obtiene una puntuación de 4,6 puntos sobre 5, mientras que dan un 4,4 al adelgazamiento de la Administración y un 4,2 a la contención del gasto corriente. Las subidas de impuestos y la creación de nuevas figuras impositivas son las opciones menos valoradas, con 1,8.

La regeneración del Mar Menor, el aumento de la asignación destinada a I+D+i y la potenciación de la imagen turística de la Región encabezan la lista de prioridades de la política económica que deben afrontarse en 2020.

El sondeo, en el que han participado 242 colegiados, muestra una percepción más pesimista de los economistas sobre la situación económica y por primera vez desde 2008 la economía regional (2,62 sobre 5) obtiene una valoración más alta que la nacional (2,55), mientras que se mantiene la tendencia descendente para los próximos seis meses.

El decano del Colegio de Economistas, Ramón Madrid, explicó que la encuesta fue realizada entre finales de diciembre y principios de enero, por lo que pesaba especialmente la preocupación sobre las posibilidades de que llegara a formarse un gobierno estable en España.

La proporción de encuestados que dice haber empeorado su situación aumenta dos puntos y medio y se sitúa en el 15,3%. De cara a los próximos seis meses, un 18,6% confía en mejorar su situación, mientras que un 23% teme que empeore.

No obstante, aunque la percepción sobre la situación de las economías de la Región, de España y de la UE ha empeorado para el 30% de los economistas, la facturación es la variable que que menos se resiente con el enfriamiento.

Las perspectivas de las empresas para los próximos seis meses muestran que el 56,6% se mantendrá igual y un 7,9% espera mejorar, mientras que un 35,5% teme un empeoramiento.

Por sectores, los únicos que mejoran sus expectativas son los de las nuevas tecnologías de la información y las actividades sanitarios y de servicios sociales, mientras que se mantienen sin cambios la valoración del negocio financiero y de los seguros.

Entre los que pierden posiciones figuran el turismo y hostelería, en línea con los resultados del INE de 2019 que atribuyen a la Región la mayor caída de todas las comunidades en la llegada de turistas, junto con la construcción, la agricultura y la ganadería y la industria agroalimentaria.

Las peores expectativas corresponden al comercio minorista y a la construcción, lo que refleja unas menores previsiones de consumo que constatan el enfriamiento de la demanda.