Desde Ámsterdam se desplazó hasta el Teatro Circo de Murcia uno de los mejores bailarines y coreógrafos del mundo. Y una vez más, es murciano. Juanjo Arqués vino a la capital del Segura a recoger su Premio Importante del mes de mayo de 2019, cuando fue nominado en los prestigiosos Benois de la Danse, en una noche muy especial para él: «Es un honor recibir este galardón, es la primera vez que recibo un reconocimiento a mi trabajo como coreógrafo en España»; y, para el artista, es «un orgullo que sea aquí, en mi ciudad, en mi tierra».

Así de contento se mostró Arqués cuando subió a recoger su galardón de la mano de Cristina Sánchez, consejera de Turismo, Juventud y Deportes. Y aunque no le gusta mucho hablar en público, cogió su «chuletilla» para no dejarse a nadie fuera de sus agradecimientos.

Empezó por «todo el equipo de LA OPINIÓN, por fomentar la cultura en la Región de Murcia y por dar visibilidad a la danza, a los actores... a todas las disciplinas artísticas». Y aprovechó, también, para dedicar el premio «a tres personas que han sido muy importantes para mi carrera».

En primer lugar, sus padres, a quienes dio «las gracias por descubrir mis cualidades artísticas y también por delegar mi formación artística a uno de los mejores profesores de ballet clásico de la Región de Murcia, y a nivel nacional e internacional». Se refería a José Antonio Robles, la tercera dedicación. «Sin ellos, yo a lo mejor no estaría aquí o estaría haciendo otras cosas».

Perfil

Un bailarín y coreógrafo de talla internacional. En mayo de 2019, el murciano Juanjo Arqués ocupó las publicaciones especializadas del sector tras ser nominado, entre los mejores coreógrafos del planeta, para la última edición de los Benois de la Danse, conocidos en el mundo entero como los 'Oscar de la danza'. Y aunque finalmente no pudo ponerle la guinda al pastel recogiendo el premio en el prestigioso Teatro Bolshói de Moscú, su nombre, a buen seguro, figura en la agenda de los productores más importantes de la escena.

Tras ser el Importante del mes, Arqués (1977) admitió a esta Redacción que siempre ha tenido «bastante suerte», aunque se apresuraba a añadir que siempre se lo ha «currado mucho» para estar donde está. Quien le conoce, certifica que a Juanjo le acompaña una ética de trabajo sobresaliente, una pasión admirable por su trabajo y, especialmente, una arrolladora curiosidad que es clave para cualquiera que se proponga crear.

'Caco', el niño travieso que se convirtió en uno de los mejores coreógrafos del planeta, por Teresa Souán (Directora del Conservatorio de Danza de Murcia) y José A. Robles (Profesor de Danza Clásica del Conservatorio de Danza de Murcia)

Sobre Juanjo se pueden escribir muchísimas palabras, y todas serán muy buenas: gran alumno, gran bailarín, gran coreógrafo y, por encima de todo, grandísima persona en todos los sentidos. Su alegría, su afán, su humildad y su sencillez lo hacen aún más grande. Es un orgullo para mí, como profesora y directora, haberlo tenido como alumno de este centro desde sus principios hasta el final de sus estudios reglados, pero también es un enorme orgullo para toda la comunidad educativa y para todos los murcianos. Se me llena la boca al decir que este gran profesional salió de nuestras aulas. Dice mucho de cualquier persona, por muy alto que llegue, el que no olvide y reconozca sus raíces, cosa que él siempre tiene presente y muestra con orgullo. Con Juanjo sobran las palabras.

Recuerdo la sustitución de una compañera en clase. En el aula me encontré a unas setenta niñas de tres clases diferentes y, entre ellas, a un niño colgado de la barra. Me acerqué a él y le dije «¿Eres un mono? Porque los monos están colgados de los árboles». Esa fue nuestra tarjeta de visita, y a partir de ahí comenzó nuestra relación maestro/alumno. Al principio, veía que asistía a la clase práctica como diversión y ensayo, pero entendió la disciplina para adquirir los conocimientos técnicos, con ilusión, humildad y voluntad con 'W'.

Hubo un día donde aprecié que no vino a clase a practicar ensayando: vino a bailar, y ese fue el primer día que sudó la camiseta en clase. Hay un calendario con esa anotación.

No es fácil ni común encontrar un alumno que se entregue en cuerpo y alma al esfuerzo y la renuncia que conlleva la disciplina de la danza clásica. Su talento, musicalidad y creatividad le ayudaron, no reuniendo todas las cualidades físicas necesarias, a ser uno de los mejores coreógrafos a nivel internacional con los que cuenta la danza en estos momentos. Ni qué decir tiene la influencia que ha tenido su familia en esta andadura, nada fácil. Aún así, ha peleado con tanta ilusión que ha conseguido profesionalmente y personalmente integrarse en el difícil mundo de la coreografía.

Haciendo un recorrido en mi memoria sobre su trayectoria artística, he podido comprobar que Hans van Mannen, Williams Forsythe, David Dawson y otros tienen un respeto absoluto por su trayectoria artística. Gracias, 'Caco', de parte de esta tu familia.