La supervivencia de las plantas que conforman el ecosistema Mediterráneo semiárido presente en la Región de Murcia u otros territorios como Almería podría estar en peligro por las consecuencias del cambio climático. Un aumento de las temperaturas, unido a una bajada de las precipitaciones en áreas como la del Levante español a lo largo de este siglo podría afectar al crecimiento y reproducción de plantas como los arbustos autóctonos del Mediterráneo, lo que podría poner en serio riesgo los recursos vegetales de estas zonas de la Península. Una investigación llevada a cabo por el Grupo de Erosión y Conservación de Suelos y Agua del Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS-CSIC) ha logrado determinar que las plantas pierden capacidad de reabsorción de los nutrientes presentes en las hojas senescentes o aquellas que están a punto de caer al suelo cuando están sometidas a una mayor temperatura en el medio natural, lo que impide al ejemplar reutilizar esos nutrientes para su crecimiento o reproducción.

Este grupo de investigación, liderado por los biólogos Iván Prieto y José Ignacio Querejeta, ha llevado a cabo un estudio con cinco especies de arbustos autóctonos de ecosistemas semiáridos en Sorbas (Almería) por el que han concluido que si se someten a estas plantas a las condiciones que se esperan para la segunda mitad del siglo XXI por culpa del cambio climático, en una zona como la del Levante español, con un ecosistema mediterráneo y semiárido, este tipo de ejemplares se verían «muy perjudicados».

El biólogo Iván Prieto señala que «estas comunidades de especies se van a ver perjudicadas porque las plantas tendrán menos posibilidades de crecimiento, menos probabilidad de reproducción y menos capacidad para incorporar carbono y nutrientes al suelo». Conclusión: unas condiciones climáticas más adversas en territorios como en la Región para el año 2070 podría provocar que las especies que componen este ecosistema se vean damnificadas, por lo que llevaría a «menos plantas, que sobrevivan menos, una reducción importante de la productividad vegetal».

Nitrógeno, fósforo, potasio...

Para llevar a cabo este estudio, este grupo de investigadores del instituto murciano CEBAS reprodujeron en un ambiente natural de ecosistema de yesos y con cinco tipos de arbustos autóctonos un escenario donde se sometía a las especies a un aumento de la temperatura de entre 3 y 4 grados y a una reducción de las precipitaciones de un 30%. Lo lograron instalando diversos mecanismos como 'cámaras abiertas' para aumentar la temperatura y unas calcetas para reducir la lluvia que caía sobre las plantas.

«Lo que queríamos ver es si el cambio climático tiene un impacto en el proceso de las plantas para recuperar nutrientes de las hojas antes de que fenezcan o caigan al suelo. Creíamos que esa pérdida de hojas implicaba una perdida de nutrientes, entonces lo que hicimos fue coger hojas y hojarasca de esas plantas y miramos el contenido de diversos nutrientes, como el nitrógeno, fósforo o potasio, y de otros que salen en bajas concentraciones como el magnesio, el zinc o el hierro y lo que observamos es que, al subir los grados, esas plantas eran menos capaces de reabsorber esos nutrientes de las hojas e incorporarlos a otras zonas del ejemplar, como el tallo u otras hojas. Esas hojas se caían con mayor cantidad de nutrientes», explica Prieto.

La planta emplea los nutrientes que reabsorbe de las hojas senescentes para el crecimiento en años posteriores. «Los arbustos necesitan una cantidad de nutrientes que pueden dejar en reserva para estaciones sucesivas y poder emplearlos para crecer o reproducirse», remarca el biólogo.

Todas las predicciones apuntan a que la zona de Levante será de las más perjudicadas por el cambio climático, al aumentar la temperatura media y reducirse las precipitaciones, lo que llevaría a que estos ecosistemas sean más pobres y desertificados, contribuyendo a una disminución aún mayor de la productividad y de la cubierta vegetal.