Los casos de ansiedad, estrés y pérdida de autoestima entre el profesorado de la Región de Murcia han aumentado en el último curso escolar como consecuencia de los crecientes casos de ciberacoso e indisciplina entre, no solo el alumnado, sino también los padres y madres. Así lo dieron a conocer ayer desde el sindicato ANPE, que presentó su informe del Defensor del Profesor con los datos del curso 2018-2019. Durante dicho año escolar, se registraron un total de 118 casos relacionados con conductas perjudiciales en el aula, ocho menos que el curso anterior pero entre los que se constata un aumento de las situaciones de ciberacoso. De hecho, del total, un 23% corresponde a actos de acoso a los docentes en Internet y redes sociales, y el 11 por ciento a agresiones físicas e intimidaciones directas.

«Lo que más nos preocupa es el porcentaje de casos de ciberacoso, que, si bien no ha ascendido mucho, la tendencia es al alza», explicó el presidente del sindicato educativo, Clemente Hernández, durante la presentación de la memoria del pasado curso escolar. En este aspecto, el docente mostró su preocupación ante el peligro que suponen las nuevas tecnologías para los casos de conflicto escolar y, por ello, han presentado un decálogo para el buen uso de Whatsapp para padres y madres en el que piden a los progenitores -entre otras medidas cautelares- que no utilicen este canal para tratar temas que se deben llevar directamente al centro, tutor o equipo directivo, así como otra serie de medidas (ver gráfico anexo). «Antes, cuando había un problema se hablaba, ahora con la nube todo es más complicado. Lo que se sube, no desaparece, y en ocasiones la difusión de vídeos o imágenes que afectan a los alumnos conlleva la pérdida de la autoridad moral del docente, la cual es muy difícil de volver a configurar», declaró Hernández.

«Publicaron mi móvil en Internet»

El estudio presentado por ANPE incluye los testimonios de nueve profesores que han sufrido comportamientos conflictivos con alumnos y padres. Uno de ellos está escrito por una profesora de 52 años que cuenta que «después de otorgar las calificaciones, he aparecido en las redes sociales, en una web de citas o contactos, con mi número de teléfono y la tarifa que cobro por cita».

Este tipo de situaciones ha provocado ansiedad, estrés y pérdida de autoestima en el 50 por ciento de los profesores afectados, un porcentaje superior al registrado en el curso anterior (44%). «Es preocupante, porque en este tipo de casos, si no se tratan bien se agravan y es difícil de remontar», añade el presidente de ANPE, sindicato que, sin embargo, ha registrado una disminución de las consecuencias relacionadas con síntomas depresivos (16% frente al 14% del curso anterior) y baja laboral (un 4%, en lugar del 11%).

De este informe se desprende que, del total de casos atendidos, el 25 por ciento corresponde a actos de indisciplina por parte de los alumnos (30 casos); el 20 por ciento a otras conductas que dificultan la docencia (23 casos); el 12, a acoso e insultos verbales de los estudiantes (14); y el tres por ciento a daños causados a propiedades o pertenencias individuales de los docentes (tres casos).

En lo que respecta a los padres, de las denunciadas registradas, el cuatro por ciento corresponde a intimidaciones y agresiones a profesores (cinco casos) y el ocho a ciberacoso e insultos directos por parte de los progenitores (nueve casos), mientras el tres por ciento corresponde a denuncias directas.

La mayoría de los casos registrados (82%) se concentran en los alumnos y, de éstos, el 66 por ciento están matriculados en Educación Secundaria (etapa de 12 a 16 años), entre los que destacan los actos de indisciplina, insultos e intimidaciones, ciberacoso o 'mobbing' de compañeros, y son escolares que carecen de habilidades sociales y expectativas académicas y profesionales. En este aspecto, desde ANPE insisten en la necesidad de «dedicarse al alumno, reforzarlo y, si es necesario, acudir al equipo de orientación educativa».

Más acoso a los interinos

El perfil del docente que más sufre conductas perjudiciales por parte de los estudiantes es mujer (61 por ciento frente al 39 de los hombres), cuya presencia es mayoritaria en la profesión, de 30 a 40 años, con una experiencia en la enseñanza de entre cinco y 15 años y que ejercen su actividad laboral en situación administrativa de interinidad: «Este hecho obliga, aún más, a aumentar las plazas fijas de docentes, para que los profesores conozcan bien a sus alumnos y sepan cómo tratarlos», concluyó Clemente Hernández.