En situación crítica. Es el estado en el que se encuentran los acuíferos del Altiplano debido a la sobreexplotación de las aguas subterráneas, de las que se estima que ''se están extrayendo cinco veces más agua de la que se recarga''. Se trata de una de las principales conclusiones a las que ha llegado la Plataforma Salvemos el Arabí y Comarca y que ha plasmado en el estudio Dossier: Abuso de acuíferos.

El caso del Altiplano, en el que denuncian que los acuíferos se vacían en promedio doce millones de litros de agua cada hora. La estimación de reservas indica que, al ritmo actual, los acuíferos se podrían agotar entre 10 y 40 años, ''con toda probabilidad en menos tiempo si continúa la expansión de la agricultura intensiva y se cumplen las previsiones de cambio climático'', según la Plataforma.

De 1990 a 2018, sólo en Yecla y Jumilla el consumo de agua agrícola ha aumentado 27,42 hectómetros cúbicos al año y ''la implantación masiva en estos últimos 5 a 10 años (pero sobre todo después de la primera 'sopa verde' del Mar Menor en 2016) de empresas hortofrutícolas con dos o tres cultivos al año de regadío intensivo en nuestro territorio no viene sino a empeorar la gravísima situación de nuestros acuíferos, poniendo en grave riesgo tanto el abastecimiento de la población en general como el suministro necesario para el mantenimiento de la agricultura tradicional (vid, olivo, almendro, cereal), y los cultivos sostenibles y adaptados a climas semiáridos y escasas necesidades hídricas'', se señala en dicho informe.

Salvemos el Arabí y Comarca recalca que mientras los cultivos tradicionales han ido disminuyendo su presencia, sobre todo el secano, la agricultura intensiva de hortalizas ''ha aumentado un 350% desde 2009'', tanto en superficie cultivada como en consumo de agua: «Esto ha llevado a que, en el caso concreto de Yecla, los hortícolas consuman ya más agua (10,54 hm³) que el resto de cultivos juntos (8,65 hm3)», destacan.

Igual ocurre en los terrenos de Jumilla, donde el aumento más considerable desde el año 2009 son los hortícolas, que han aumentado 672 hectáreas y, por tanto, el consumo de agua dedicado a este tipo de cultivo en 4,04 hm³/año, hasta los 6,49 hm³/año.

Además, ''la implantación masiva de regadíos hortícolas intensivos provenientes del centro y sur de la Región no ha hecho sino aumentar la sobreexplotación en unos 10 hm³ más al año desde 2009 a nuestros días''.

El sistema de producción y distribución intensivos genera sistemáticamente excedentes de producción, del 30%, 50% y hasta el 80% de la producción, que no se cosechan, por lo que los cultivos que no son rentables acaban siendo destruidos, lo que ''deberían perder todas las certificaciones ambientales de sostenibilidad que les abren las puertas a los mercados internacionales y a la exportación'', según la Plataforma.

Otra cuestión que preocupa es que las Unidades de Demanda Agraria (UDA) sobre los acuíferos del Altiplano tienen digitalizados sólo en la parte de la cuenca del Segura unos derechos de riego de unos 120 hm³ al año, cuando la recarga natural es sólo de 25 hm³, por lo que ''es responsabilidad directa de las confederaciones del Júcar y del Segura el haber concedido casi cinco veces más derechos de riego que recarga natural, otorgando de esa manera derechos para sobreexplotar y vaciar sistemáticamente los acuíferos del Altiplano''.

80 millones de litros de agua 'tirados' tras abandonar 1.300 toneladas de sandía

Se cultiva más de lo que realmente se necesita. Esta es otra de las problemáticas que la Plataforma viene denunciando. El pasado mes de junio, millones de lechugas se quedaron sin coger en varios parajes de Yecla; y en septiembre se abandonaban unas 1.300 toneladas de sandía, 80 millones de litros de agua desperdiciados, lo que equivaldría a dejarse el grifo de la cocina abierto día y noche durante 25 años seguidos, según denunció Salvemos el Arabí y Comarca.

¿Un ‘trasvase oculto’ del río Segura al Júcar en el acuífero Jumilla-Villena?

Los datos de recarga natural y extracciones varían de una Confederación a otra, sobre todo en el acuífero Jumilla-Villena, que se divide en dos masas de agua subterránea: la MAS Jumilla-Yecla, gestionada por la Confederación Hidrográfica del Segura; y la MAS Sierra del Castellar, gestionada por la Confederación Hidrográfica del Júcar.

Teniendo en cuenta los datos de las dos masas de agua por separado, presentes en el estudio, la recarga total del acuífero Jumilla-Villena es de 13,70 hm³/año y las extracciones de 39,60 hm³/año, lo que da un balance de -25,90 hm³/año.

Sin embargo, en el Sistema de Información del Agua de la CHJ, se indica que la MAS Sierra del Castellar tiene unas entradas laterales de 6,30 hm³, supuestamente de la MAS Jumilla-Yecla, por lo que esos 6,30 hm³/año es ''un movimiento lateral que ya está incluido en los 7,70 hm³/año de recurso renovable total de la MAS Sierra del Castellar, por lo que habría que restarlo del balance total del acuífero'', ya que para la MAS Jumilla-Yecla supone una ''salida''.

Y es que ''esta salida lateral no está contabilizada en los datos del Plan Hidrológico de la Demarcación del Segura 2015-2021, Anejo 2 de Recursos Hídricos de la Confederación Hidrográfica del Segura'', según la Plataforma, por lo que podría considerarse como un ‘trasvase oculto’ del río Segura al Júcar.