Desde que una Dana irrumpió en sus vidas en septiembre de año pasado, mucho ha cambiado la vida de los habitantes de Los Alcázares y San Javier.

Permanecen atentos a la previsones meteórologicas, se preocupan si el cielo se oscurece y han aprendido a levantar muros de contención para proteger sus casas de la fuerza del agua. Ya sea con maderas y argamasa o ladrillos y cemento, cada vez que se anuncia una borrasca se convierten en arquitectos y albañiles

Ayer, tras ver que la lluvia no había entrado en sus viviendas, no se quedaron ociosos: muchos se lanzaron a limpiar, junto con los servicios públicos, las aceras más cercanas a sus domicilios.

Rosario, vecina de Los Alcázares, atiende a LA OPINIÓN mientras achica agua, junto con otras mujeres, y asevera que «aquí estamos otra vez porque los de arriba no ponen soluciones. El alcalde no para de luchar pero así estamos, quitando agua cada dos meses y con el miedo en el cuerpo. Llevamos dos noches sin dormir por miedo a perderlo todo».

Pepe, un señor de avanzada edad y padre de una de estas vecinas, observa la escena y opina que «estamos así por culpa de los sinverguenzas de los políticos».

Otra vecina del paseo de la Concha de Los Alcázares miraba con preocupación un gran contenedor de obra dejado a pie de playa, pero pegado a la salida de una calle por la que bajaba gran cantidad de de agua. «No lo entiendo, el contenedor hace de dique. Me da miedo que el agua se embalse y suba de nivel hasta llegar a mi casa y se inunde», lamenta.

Otro hombre, Mariano Montoya, vio como el agua entraba en su casa y en sus vidas en septiembre y cree que todavía no se ha ido, puesto que «cada vez que va a llover nos preocupamos». Él tiene su casa de veraneo en Los Alcázares y vive en Cartagena durante todo el año. «Llamamos a mi hermano, que vive aquí para que revise si el garaje está sellado», comenta el hombre, a lo que añade que «mi madre es la que peor lo lleva, porque es la casa donde ha veraneados desde niña».

Desde su punto de vista, «el problema no es el agua que cae aquí, es la que recibimos de otros municipios». «Algo ha tenido que pasar porque tengo 44 años y no había visto esto nunca», destaca el hombre, que cree que «es necesario encauzar y reconducir el agua para que no acabe aquí».

«Como madrileño que visita con cierta regularidad LosAlcázares, siempre me ha llamado la atención que en las calles apenas hay sumideros. ¿A que se debe? ¿No ayudaría a que las inundaciones fuesen menos graves?», se preguntaba un hombre en Twitter.