Murcia, feudo histórico del Partido Popular ahora amenazado por el avance de la formación de Abascal y protagonista nacional en las últimas jornadas por la polémica en torno al pin parental, ha sido el escenario elegido para el acto 'Gobiernos por la libertad'. Un evento con alcaldes conservadores en el que han dejado claro que confrontarán las medidas que apruebe el Ejecutivo central con sus gobiernos municipales y autonómicos.

Los discursos de los dirigentes populares se basaron en una defensa a ultranza de la medida impuesta por Vox para que los padres puedan vetar la asistencia de sus hijos a charlas educativas en los colegios y en verter duras críticas sobre las primeras decisiones del Gobierno de Pedro Sánchez.

No pasó mucho tiempo desde que el líder del PP, Pablo Casado, dijo que como oposición mantendrían un «tono moderado, constructivo y positivo», hasta que afirmó, constitución en mano, que sus hijos son suyos y que no va a venir ningún comunista a decirle que no lo son. Respondía de esta forma a las declaraciones de la ministra Celaá en las que afirmaba que los hijos no pertenecen a los padres y las del vicepresidente Iglesias asegurando que los niños no se inscriben en el registro de la propiedad, sino en el registro civil, Casado se ha preguntado si los niños «son de la patria como en Cuba». «Es ahí adonde vamos», se cuestionaba, «a los regímenes comunistas como los de Lenin, Stalin o Pol Pot».

El presidente del PP también aprovechó el acto en Murcia para anunciar que el PP se presentará en el procedimiento del Tribunal Supremo para que los políticos catalanes encausados no puedan ocupar sus escaños ni en Cataluña ni en Europa.

Justo antes de Casado tomó la palabra el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, quien se sumó a las referencias comunistas al celebrar los cambios que se han producido en el Ayuntamiento de la capital: «Ya no hay pósters de Lenin en los despachos del Ayuntamiento de Madrid, y eso es importante».

El presidente de la Región, Fernando López Miras, aprovechó el acto para echar leña sobre el fuego del pin parental. «La Región ha sido protagonista del Consejo de Ministros esta semana», dijo López Miras, «no por la financiación, no por la llegada del AVE, no por el trasvase: han utilizado a la región de murcia como cortina de humo una vez más». Criticó el presidente que, después de que «Sánchez y sus socios» hayan sido protagonistas por pactar con los que «quieren romper España», ahora pone a la fiscalía del estado «al servicio de sus intereses». «Cataluña no la tocan, pero a la Región de Murcia, cada vez que pueden, hachazo», sentenció López Miras.

Ejemplo taurino

Como vienen haciendo durante toda la semana los líderes del PP, defendió la idoneidad del pin parental aludiendo a la libertad de los padres a elegir la educación que reciben sus hijos. Y lo hizo con un ejemplo taurino: «La Región fue una de las primeras en las que la tauromaquia fue declarada Bien de Interés Cultural. No sería de extrañar que se pudiera realizar una actividad en la que se le explicase a los niños en qué consiste una corrida. Por qué un padre no puede saber que a sus hijos se les va a explicar eso. Y autorizar si quiere que vaya un torero a contarle en lo que consiste una corrida de toros», explicó López Miras.

Concluyó su intervención afirmando que de esta polémica se extrae algo bueno: que Sánchez ya conoce dónde está la Región de Murcia, y aprovechó para reivindicar los temas estrella de la política regional: fiscalidad, trasvase, AVE y Mar Menor. «A ver si ahora que ya se ha enterado dónde estamos, en el próximo Consejo aprueba una sola partida presupuestaria proteger el Mar Menor», terminó el presidente de la Región.

Eluden las responsabilidades del Mar Menor

El presidente el PP, Pablo Casado, se comprometió a reivindicar en Madrid y a luchar por las demandas históricas de la Región. Además de financiación, AVE y recursos hídricos, sorprendió la forma en la que se comprometió a destinar esfuerzos para la recuperación del Mar Menor: «Una joya que sufre un momento delicado por una catástrofe atmosférica de la que nadie es responsable». Así liberó de toda culpa sobre el estado de la laguna salada a los ejecutivos de su partido durante sus años de gestión.