Los bosques de la Región han perdido superficie en los últimos cuarenta años: 28.000 hectáreas (algo más del 5% del total). Una cantidad que no supone un gran porcentaje sobre el total de la extensión de los montes (se ha pasado de 539.236 hectáreas a 511.293) pero que la deja nueve puntos por debajo de la media nacional.

Estos son algunos de los datos que recoge el último Inventario Forestal Nacional publicado por el Ministerio para la Transición Ecológica, que se centra en la evolución de la última década aunque con datos comparables con los estudios realizados en las tres anteriores.

Respecto al documento realizado entre 1997 y 2007 (el número 3), el monte arbolado total permanece casi constante, si bien el bosque denso disminuye en algo más de un 5% y el ralo o menos espeso aumenta en más de un 70%.

La superficie forestal entre 1997 y 2017 ha crecido en un 5% (algo más de 25.000 hectáreas). De hecho en la década tercera la la extensión de los montes fue la más baja de todo el periodo estudiado (486.019 hectáreas).

En el inventario se especifica que comparando la evolución desde el primero al último, lo más destacable es «el importante trasvase» de superficies entre monte desarbolado (matorrales y pastizales) y arbolado en estas cuatro décadas. Las primera disminuye su extensión original a la mitad y la segunda la multiplica casi por tres.

El monte desarbolado tenía 420.750 hectáreas hace cuarenta años y ahora apenas supera las 203.000 hectáreas. En cambio, el monte arbolado ha pasado de 110.486 hectáreas a 308.219.

Esta evolución se frena y da un vuelco en los últimos 10 años estudiados: el monte arbolado ha perdido algo más de mil hectáreas y el de matorral o pastizales ha crecido en más de 26.500 hectáreas.

Son los pinares de pino carrasco las formaciones mayoritarias en los montes de la Región, ya que ocupan el 80% de la superficie. Y en cuanto al valor anual de los montes (arbolados y no arbolados) se cifra en 201 millones de euros.

De esta cantidad, 145 millones corresponden a las zonas arboladas y dentro de ésta, los pinares de pino salgareño son los que mayor valor anual por hectárea alcanzan, casi 1.200 euros.

Otro dato que se destaca en el estudio es que casi la mita de la superficie forestal de la Región (43%) tiene algún tipo de protección.

Sequías pasadas y futuras

Durante los dos años de la última gran sequía que padeció la Región de Murcia (2014-2016) 31.700 hectáreas y once millones de árboles se vieron seriamente afectados e incluso murieron.

El profesor de Ecología de la Universidad de Murcia (UMU), Miguel Ángel Esteve, explica que este daño no aparece reflejado en el último inventario, porque se cerró cuatro años antes.

Esa extensión supuso el 13 por ciento de la superficie de bosques de pino carrasco, la especie más habitual en los montes regionales.

El futuro no pinta bien: «Los modelos que se han proyectado para el periodo 2040-2070 indican que el 72% de la superficie arbórea total estará debilitada o incluso muerta, ya que el efecto del cambio climático se dejará sentir en la Región: las sequías serán cada vez más prolongadas y más intensas», comenta.

Los bosques se verán «expulsados» en una mayor proporción de las zonas costeras o meridionales, mientras que el Noroeste y Sierra Espuña serán el 'pulmón' de la Región. «Los modelos de la afección del cambio climático auguran que por debajo de los 400 metros de altitud desaparecerán todos los bosques».

Cambios necesarios

¿Estamos preparados para estos cambios? El profesor de Ecología comenta que el servicio forestal de la Comunidad Autónoma ha diseñado un plan de adaptación, pero que está en una fase «puramente técnica» y que ni se ha presentado ni se ha debatido. «Esta sensibilidad del servicio no se corresponde con un refuerzo económico o de personal para que pueda llevarse a cabo», opina.

Los expertos tienen claro que para hacer frente a la «vulnerabilidad estructural» de los bosques, sobre todo en las laderas de solana, se debería intervenir ya «aligerando el número de pies con claras y clareos, a la vez que se debería repoblar con especies autóctonas y más resistentes al cambio climático».

Esteve se refiere a la sustitución del pino carrasco por especies arbustivas como el acebuche (olivo salvaje) o el lentisco que alcanzan unos dos metros de altura y son más resistentes a la falta de lluvias porque retienen más el agua. Además, cumplen con la importante misión de sujetar la tierra en caso de escorrentías.

Esta 'reconstrucción' o diversificación hacia un bosque resiliente debería comenzar a hacerse desde Sierra Espuña hacia el sur.

En las zonas de umbría de los montes, el profesor también apuesta por descargar su densidad, pero esta vez ante posibles episodios de sequía.

«En estas zonas hay que estar alerta y esperar a ver qué pasa e incluso vigilar las plagas; pero en las solanas hay que planificar y actuar con antelación a estos eventos», subraya.

En su opinión, el reto de la Región de Murcia está en saber reconvertir las masas forestales, «que hemos simplificado en estos años pasados en los pinares», para apostar más por los matorrales arbolados con zonas 'manchadas' de bosque allí donde el acceso al agua sea mayor, por ejemplo, en las vaguadas.

Especies más comunes

Pinus halepensis

El pino carrasco es el rey de los bosques regionales

El pino carrasco o pinus halepensis es la especie mayoritaria en los bosques de la Región, ya que ocupa el 80% de la superficie de monte arbolado total y supone más del ochenta por ciento del volumen con corteza

Pinus nigra

Estos pinares ‘colonizan’ las sierras de Moratalla

Los pinares de pino salgareño o pinus nigra aparecen siempre por encima de los 1.200 metros y en las zonas de umbría. Se localizan en el oeste, sobre el Macizo de Revolcadores y zonas próximas a Moratalla

Quercus ilex

La encina está presente en su versión menos desarrollada

La encina se encuentra sobre todo en pequeñas manchas por toda la mitad oeste de la Región. La mayoría se concentra entre los 1.200 y 1.400 metros y buscan las zonas de sombra. Hay unas 6.500 hectáreas

Pinus pinaster

Un pino con una alta densidad que campa en el Noroeste

Ocupan algo menos de 6.000 hectáreas en el Noroeste, aunque cabe destacar la alta densidad de volumen de estas masas, la mayor de la Region, con más de 63 metros cúbicos por hectárea

Juniperus phoenicea

Los sabinares son la cuarta formación arbolada

Ocupan el cuarto lugar en importancia en los bosques de la Región con una superficie de casi 10.000 hectáreas en zonas por encima de los mil metros de altitud. No suele superar los 75 milímetros de diámetro

Calblanque, el Parque Regional ‘busca’ el bosque del futuro

El Parque Regional de Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila tiene que evolucionar, en cuanto a masa forestal se refiere, o morirá.

Situado en el sector oriental de la Sierra minera de Cartagena-La Unión, cerca del Mar Menor y Cabo de Palos, entre los municipios de Cartagena y La Unión tiene una extensión de 2.822,45 hectáreas y su director, Andrés Muñoz, ha encargado a la Universidad de Murcia un estudio para empezar a diseñar «el bosque del futuro».

Miguel Ángel Esteve comenta que «el actual se muere, y se debe reestructurar hacia especies que mejor puedan soportar el cambio climático».

El profesor de Ecología apuesta por especies como el Tetraclinis articulata, más conocido como ciprés de Cartagena, en beneficio del pino carrasco, o especies arbustivas como el lentisco. Ambas pueden cumplir un papel importante tanto en la retención del suelo en caso de escorrentías, como en resistencia a periodos de sequía.

En la actualidad tanto el ciprés como el pino ‘comparten’ espacio, pero el primero es una especies exclusiva del sureste peninsular y con importantes iberoafricanismos (más resistentes a las nuevas condiciones climáticas).