El Gobierno ha vuelto a retrasar sin justificación la convocatoria de la Comisión de Explotación del Tajo-Segura donde debe decidirse si habrá trasvase este mes de enero y el caudal que llegará al Levante, pese a que la reserva está ya en los 590 hm³, o sea casi 200 hm3 disponibles para trasvasar.

Un retraso que sigue calentando al sector agrícola, que lleva ya dos meses sin recibir una sola gota de agua del Tajo, a pesar de que ahora mismo hay agua de sobra en los embalses de Entrepeñas y Buendía.

El Ministerio para la Transición Ecológica, cuya titular, Teresa Ribera, ha ascendido a vicepresidenta, no encuentra, en principio, una justificación para volver a bloquear la llegada de agua a los agricultores de la Región de Murcia, sur de Alicante y norte de Almería. La excusa de la contaminación del Mar Menor les viene grande.

Esta fue la justificación que utilizó el Ministerio para mantener cerrado el trasvase en diciembre, a pesar de contar sobre la mesa con un informe favorable de los propios técnicos de la comisión de explotación, que aconsejaron enviar 19 hm³, para beber y para regar.

Fuentes de las comunidades de regantes afectadas por el cierre apuntan que el problema está en el seno del propio Ministerio. Tras acusar a todos los regantes en diciembre de contaminar el Mar Menor, ahora no se encuentra la fórmula para enviar agua a unos regantes y negársela al Campo de Cartagena, cuyos regantes tampoco está claro que sean los únicos culpables de los vertidos contaminantes a la laguna salada.

Lucas Jiménez, presidente del Sindicato de Regantes Tajo-Segura apuntó, en este sentido, que «no sabemos las razones del retraso pero tampoco nos extraña porque siempre nos enteramos de la resoluciones por las esquinas. Sólo avisan a los pueblos ribereños».

Con todo, los agricultores no pierden la esperanza de que al final se apruebe agua para riego este mes de enero. Aunque no llegara físicamente, sí que queda asignada para enviarla en cualquier otro momento.

Ayer, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura, Mario Urrea, indicó que no desconocía la fecha exacta de la reunión, pero aventuró que sería la próxima semana.

Para el exrector de la Universidad de Alicante y experto en recursos hídricos, Antonio Gil Olcina, «la infundada, irreflexiva y sumamente dañina medida de suspender las transferencias del Acueducto Tajo-Segura no puede ser calificada sino de dislate y despropósito».

Junto al serio perjuicio material, añadió, «quizá lo peor sea el implícito desprecio y absoluta falta de respeto a los regantes del sureste ibérico, quienes, por su esfuerzo e impar gestión hídrica son acreedores al agua que ahora se les niega».

Gil Olcina recordó, al respecto, dos opiniones cualificadas sobre la idoneidad del Trasvase. La primera del ingeniero Manuel Lorenzo Pardo, que, en los años 30 del siglo XX, cuando comenzó a hablarse del acueducto en España, destacó el régimen lumínico y térmico, recordando que aquí estaban las instituciones de riego más firmes y expertas».

El profesor Gil Olcina destacó, además, las palabras de Indalecio Prieto, ministro de Obras Públicas, que remitió en 1933 a las Cortes el Plan Nacional de Obras Hidráulicas, afirmado que «nada más estéril que atalayarlo en el mezquino montículo que puede levantar la bandería política».