«Está claro que lo que esta gente quiere es acabar con la agricultura del Mar Menor, y si es así, que lo digan claramente». De manera tajante, el secretario general de la organización agraria Coag, Francisco Gil, ha rechazado la propuesta de la Plataforma SOS Mar Menor de poner una tasa a los agricultores por contaminar la laguna de 500 euros por hectárea, porque «a muchos les costaría más pagar ese dinero que lo que sacan por sus cultivos».

Si se aplicara tal cual el principio de 'quien contamina paga' como defiende la Plataforma, en las 135.000 hectáreas del Campo de Cartagena, se recaudarían 67 millones de euros «y entonces, ¿qué se haría con ese dinero?», se pregunta Gil, e insiste en que «deben dejar ya de matar al campo».

El secretario general de la organización agraria ha reconocido que el sector asume la parte de culpa que pueda tener en la degradación del Mar Menor, porque «en todos los sitios hay buenas y malas personas».

Sin embargo, subraya que ellos llevan tiempo ofreciéndose a colaborar e incluso planteando soluciones, como la planta desnitrificadora para poder extraer agua del acuífero de la comarca y quitarle presión a la laguna salada.

«¿Por qué no se ha creado todavía una junta de usuarios del acuífero, como reclama la ley por ser aguas en mal estado, donde se decidan actuaciones para limpiar de nitratos estas aguas?», dice Gil.

En la actualidad, los agricultores tienen autorizada la extracción de 110 hectómetros cúbicos al año, pero consideran que podría ser necesario extraer una mayor cantidad para mejorar su estado.

Los agricultores dejan claro que defienden que haya una franja de especial protección o amortiguación en el Mar Menor, pero considera que su extensión debe decidirse a partir de estudios técnicos «y no porque cada uno, como si fuera una subasta, dice si debe tener medio kilómetro o dos».

Coag considera que el decreto ley debe ser una «norma abierta» que permita modificaciones en función de la evolución de su aplicación pues «se debe contemplar la posibilidad de que se equivoque en sus planteamientos sobre la causa/efecto» de la degradación del ecosistema.

Fertilizantes

Francisco Gil critica que se hable con desconocimiento de cómo se aplican los fertilizantes en los cultivos. «Lo dicen como si todavía se estuvieran utilizando por toneladas, pero eso hace años que ya no existe», indica, explicando que ahora se fertilizan «al miligramo y en boca de la planta».

Los agricultores también defienden que a la hora de poner controles sobre el sector se incluya a toda la cuenca vertiente, porque hacerlo como hasta ahora, en la zona más cercana al litoral, «es como construir la casa por la ventana». «Mientras no se pongan mecanismos de control en la cabecera de la cuenca, todo lo que hagamos aguas abajo se lo llevará por delante la próxima DANA que llegue, y terminará en el Mar Menor», puntualiza Gil.