Con entereza y hablando aún de su esposo en presente, sin asumir su pérdida, la viuda del chef cartagenero asesinado en México explicaba haber recibido «infinidades de pésames» y «las cosas más bonitas» tras la defunción de Felipe Antonio Díaz, que perdió la vida acribillado a balazos.

Ariadna Martínez Magaña, madre de cuatro menores, declaró que, tras el crimen, «mis hijos están tranquilos, de alguna forma, porque mi esposo y yo siempre les dijimos que esta vida es de paso, que esto es el campo de guerra y nuestro final es llegar a Dios». «Ellos están como tristes, pero tranquilos, porque saben que está con Dios. Ya los que nos quedamos tristes somos nosotros. Queremos que se haga Justicia», subrayó la mujer.

Preguntada por si tiene miedo tras lo que ha sucedido con su marido, Martínez Magaña afirma que sí y apunta: «tengo muchísimo miedo, muchísimo temor por mis hijos, por mi familia, porque no sé qué sucedió, por qué lo asesinaron». Y es que Díaz «era muy caritativo, muy servicial, se daba mucho a los demás», aunque «no sé si tenía enemigos», admite.

«Realmente estoy en desconocimiento de por qué», reitera la mujer, que está pensando en pedir a las autoridades mexicanas protección para ella y para sus hijos. «Ahorita a lo mejor sí lo hago, porque hay muchas cosas que en mi mente no logro asimilar», manifiesta la mujer, cuyos hijos tienen 13, 11, 9 y 7 años. «Mis dos hijas más grandes nacieron en España y los más chiquitos nacieron aquí en Tijuana», comenta.

Volviendo al crimen del cocinero, «no fue un asalto, fue a sangre fría. Fueron seis balazos, no fueron tres», subraya Ariadna Martínez Magaña, que confirmó que su esposo fue asesinado en un terreno de su propiedad. «No me imagino quién puede ser» el asesino, hace hincapié la mujer, al tiempo que insiste en que su esposo «no estaba metido en nada ilegal».

El cocinero de Cartagena tenía planes en México, cuenta su viuda. «Para el 2020 él tenía un contrato para una película para la que el iba a dar el catering, y también es (sic) actor», comenta. «Y ahora pues viene su familia de España, que quieren que se haga Justicia, qué pasó y quiénes fueron», destaca la mujer.

Sobre cómo era Díaz, residente en México desde hace nueve años, rememora que «mi esposo siempre fue una persona muy dulce, muy querida». «Somos una familia muy tranquila», insiste.

Lo que pasa es que en México «a la vuelta de la esquina matan a cualquiera, lo asaltan», lo cual «es muy triste para nosotros». «Me siento triste por nuestro México, por la inseguridad que estamos viviendo», asevera la mujer, al tiempo que reitera: «pido a los medios que luchen por nuestro México. No es justo lo que estamos pasando».

El cartagenero, que conoció a Ariadna en España, acabó al otro lado del charco porque «se casó conmigo, vivíamos en España y yo me vine», indica su viuda, que recuerda que el hombre «siempre me decía: 'yo le quiero dejar a México, a Tijuana, un poquito de lo que es mi patria'».

Además de ser cocinero, Felipe Antonio Díaz «hacía pesca submarina, era surfero, era un hombre muy aventurero y muy deportista. Era un hombre muy dedicado a nosotros, muy trabajador», recuerda su viuda.

Díaz recibirá sepultura este sábado, en el cementerio de Santa Gema, en Tijuana, tras una misa en la parroquia de Nuestra Señora del Carmen de la ciudad.