­«Los medios de comunicación todavía dan cabida a determinadas visiones escépticas, cuando no abiertamente negacionistas, sobre el cambio climático; estamos fracasando en el relato con el ciudadano respecto al cambio climático. Si le hablamos en términos apocalípticos, el ciudadano se 'desconecta', se siente pequeño, entiende que no puede influir sobre algo tan importante. Si le decimos que el cambio climático es el resultado de miles de millones de decisiones individuales diarias que cada uno toma, tampoco se 'conecta'».

Gonzalo Delacámara, economista español que trabaja a nivel mundial en más de 80 países especializado en la gestión económica de los recursos naturales, investigador y director del Departamento de Economía del Agua del Instituto IMDEA Agua de Madrid, director académico del Foro de Economía del Agua y embajador de Waters Europe, aseguró durante su ponencia durante el Panel I 'Agua y desarrollo económico' que «cuando hablamos de la lucha por el cambio climático nos centramos en hablar de la mitigación de gases de efecto invernadero, pero no hablamos de algo muy importante en la Región de Murcia: de la adaptación al cambio climático que estamos viviendo».

El experto, que hizo de moderador de la segunda edición del evento AquaForum Murcia, señaló que la Región tiene por delante el desafío de ser uno de los territorios con más estrés hídrico de todo el mundo mientras que cuenta con un gran potencial productivo «sin tener agua». Señaló que «lo que pasa en Murcia también ocurre en otros puntos del mundo, como en el Noroeste de China o en Perú.

Durante su intervención, Delacámara aseguró que el cambio climático no nos afecta a todos por igual, y que no estamos cumpliendo con los propósitos y objetivos marcados en el Acuerdo de París: «Se propuso la reducción de emisiones, pero los resultados de un informe de Naciones Unidas del Medio Ambiente señala que no estamos en la senda, no hemos iniciado el descenso», indicando que «para limitar el cambio climático al 1,5% de calentamiento, el mundo necesita alcanzar cero emisiones netas en 2050. Estamos lejos de ello».

¿La solución a la hora de concienciar al ciudadano? «Entre visiones apocalípticas y banales del cambio climático, no estamos siendo capaces de encontrar un relato para que el ciudadano entienda que somos los responsables del cambio y que también nosotros mismos somos los encargados de aportar soluciones».

La situación macroeconómica actual, para el experto, «tampoco ayuda» en este sentido, ya que estamos «a las puertas de una nueva recesión económica», ya que impide que los inversores tomen partido por proyectos de gestión integradora de los recursos hídricos: «Siguen centrándose en el mismo tipo de soluciones».

«El mercado paga inversiones para generar producción y no tanto para cuidar las fuentes de agua», según puso de manifiesto Delacámara, que además dijo que «la cuenca del Segura es, quizás, exceptuando la de Gran Canaria y la de Madeira, una de las que tiene mayor estrés hídrico en toda la Unión Europea», por lo que apostó por el traslado de los ahorros en el consumo que se han producido a pie de parcela, a 'premiar' a los que son más eficientes y 'penalizar' a aquellos que lo son menos.

Otra visión puesta encima de la mesa por Delacámara fue la proyección que indica que en 2050 tendremos que ser capaces de aumentar la producción de alimentos en términos de calorías en un 70%: «Cada vez tenemos dietas más calóricas, y debemos reducir la demanda de alimentos o generarlos de manera que no estén vinculados a la agricultura», poniendo como posible solución la apuesta por «una mayor producción de pescado».

También «la superficie cultivada a nivel mundial ha disminuido un poco en los países más desarrollados, pero globalmente sigue aumentando». Teniendo en cuenta los datos per cápita, según Delacámara, «hay un descenso dramático de la superficie cultivable a nivel mundial. Tenemos que ser capaces de producir más alimentos cada vez con menos tierra. A medida que disminuye el peso de la agricultura en el PIB a nivel mundial y el peso agrícola en el empleo a nivel mundial, crece de manera importante la productividad del agua en la agricultura».

Por último, el moderador del foro volvió a recordar que «tenemos que entender que el desafío fundamental a medio-largo plazo pasa por «la adaptación al cambio climático, dar garantía de seguridad hídrica, rediseñar el sistema de precios del agua para poder movilizar todos los recursos disponibles para una cuenca y premiar aquellas fuentes de agua que contribuyen más a la seguridad hídrica, analizar aquellas que contribuyen menos y hacerlo en un contexto en el que se reconozca el valor del agua no solo para las actividades productivas».

Pese a todo el avance que ha hecho la Región de Murcia en tecnología, como la tecnificación y modernización de los sistemas, ahorro a nivel de parcela, «no estamos siendo capaces de resolver los problemas a nivel de cuenca, porque como sociedad no hemos generado los mecanismos para poner en marcha las medidas de acompañamiento que trasladen los ahorros individuales en parcela a la cuenca en su conjunto para el mantenimiento de caudales hidrológicos y para la garantía de seguridad hídrica a largo plazo», finalizó Delacámara.