­La acuicultura es el cultivo de organismos acuáticos, abarcando peces, moluscos, crustáceos, plantas acuáticas y algas, y se ha convertido en una de las alternativas más viables para abastecer la creciente demanda del mercado de productos pesqueros de calidad y, con el fin de trasladar a la sociedad española el potencial de la acuicultura, su compromiso con la sostenibilidad y su importante papel en la creación de empleo, riqueza y bienestar en las zonas rurales y litorales, desde 2012 quedó establecido el 30 de noviembre como el Día de la Acuicultura.

El sector, del que España es el principal productor en la Unión Europea, está constituido por micro, pequeñas y medianas empresas. En su conjunto, son entidades competitivas, que innovan constantemente para perfeccionar su actividad. Muchas están tecnológicamente en la vanguardia de la acuicultura en Europa y comercializan sus productos tanto en España como en exigentes mercados internacionales. Las granjas de acuicultura están localizadas en muchas ocasiones en remotas zonas rurales, fluviales o costeras, a las que raramente llegan otro tipo de inversiones y donde la acuicultura es, a menudo, la única actividad empresarial generadora de empleo estable y de calidad.

Desarrollo sostenible

Como consecuencia de los requerimientos inherentes a su proceso productivo, el marco legal en el que debe desenvolverse esta actividad se convierte con facilidad en una maraña en la que es complejo desenvolverse. Esto añade costes económicos suplementarios a las cuentas de las empresas en forma de cargas administrativas innecesarias.

El Plan Estratégico Plurianual de la Acuicultura Española 2014-2020, aprobado por la Secretaría General de Pesca del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente en 2014, analizó la situación del sector y lo orientó hacia un crecimiento sostenible para el horizonte de los años 2020 y 2030.

Este plan, uno de los más completos de la Unión Europea, fue realizado por la Fundación Observatorio Español de Acuicultura y se enmarca dentro de las obligaciones de la nueva Política Pesquera Común y del Fondo Europeo Marítimo y de Pesca. Da respuesta para España a las cuestiones planteadas en las Directrices estratégicas para el desarrollo sostenible de la acuicultura europea publicado por la Comisión Europea relativas a prioridades y necesidades comunes para el desarrollo de este sector.

La acuicultura contribuye a la fijación de población en numerosas localidades españolas y a la conservación de prácticas tradicionales, donde llega a ser el principal motor de la economía local. El texto estableció unos objetivos ambiciosos para la acuicultura de España, según recoge el Informe Anual relativo a 2018 de la asociación FARM. De cumplirse estos datos, el empleo de la acuicultura en España podría alcanzar las 30.000 personas en 2030.

Plan Estratégico Acciones para impulsar el sector

El Plan Estratégico de la Acuicultura Española apunta ocho líneas estratégicas de actuación, con un total de 37 acciones estratégicas. Así, es responsabilidad de cada empresa mejorar de manera efectiva su propia competitividad, pero, aun contando con ello, en los últimos lustros el desarrollo de la acuicultura española se ha visto frenado por la inadecuación del marco legal-administrativo en el que debe desenvolverse, lamenta la FARM. También por la inexistencia de reciprocidad a nivel internacional para competir en el mercado de la Unión Europea frente a algunas de las importaciones desde terceros países.

«Es paradójico que la acuicultura española, pudiendo desplegar un excepcional potencial, se esté viendo abocada a un estancamiento por cuestiones perfectamente superables», apunta el informe. El objetivo debe ser alcanzar sus metas porque la acuicultura española sigue enfrentándose a retos difícilmente solucionables desde la iniciativa privada sin el apoyo decidido de las administraciones públicas.