La Inspección de Trabajo ha impuesto un centenar de sanciones en la Región desde que entró en vigor el registro horario, según explicó la directora general Diálogo Social y Bienestar Laboral, Manuela Marín, que este martes participó en una jornada en la que se hizo balance de los primeros seis meses desde que entró en vigor el decreto que obliga a las empresas a controlar la hora de entrada y salida de sus trabajadores. La Consejería de Empleo también ha incluido el seguimiento del control horario entre las actuaciones prioritarias de la Inspección para el próximo año. En 2020 los inspectores realizarán 284 actuaciones en las empresas, dentro de la programación acordada en la Comisión Operativa que coordina los planes establecidos entre la Comunidad y la Administración central.

El encuentro sobre el registro horario, que estaba organizado por Garrigues, la Asociación para el Progreso de la Dirección y Terra Training, reunió a 200 directores de recursos humanos de las principales empresas de la Región.

La directora general de Diálogo Social y Bienestar Laboral explicó que la Consejería de Empleo ha incluido el seguimiento del registro horario entre las actuaciones prioritarias de la Inspección de Trabajo para 2020, al considerar que el control de la jornada laboral permite vigilar la realización de horas extra en las empresas.

Manuela Marín precisó que la Inspección ha impuesto un centenar de multas a empresas de la Región en los últimos meses por incumplir la obligación de disponer del registro horario, en el que debe recogerse la hora de entrada y salida de los trabajadores, «con el fin de que se pueda saber con exactitud las horas extraordinarias que realizan». Añadió que también se ha sancionado a algunas empresas por mantener a sus empleados en el puesto de trabajo una vez terminada su jornada.

El jefe de la Inspección de Trabajo en la Región, Diego Martínez Rafecas, adelantó algunas de las cuestiones referentes a las campañas de la Inspección de Trabajo para el año 2020, que consideró muy importantes para las empresas que quieran adaptar su práctica de forma estricta a la legalidad vigente.

Javier Rojas, socio responsable del departamento Laboral de Garrigues, señaló que el registro horario «es un arma de doble filo» que desde su aplicación «está provocando situaciones de difícil encaje para muchas empresas, dada la diversidad de problemas que se pueden dar en la práctica». No obstante, Rojas destacó que «el registro horario también puede ser utilizado incluso en beneficio de las propias empresas para poder defender en un juicio desde la imposición de sanciones por incumplimientos horarios hasta despidos por absentismo».

Nuria Fuentes, directora de Terra Próspera, destacó que «el objetivo de todos, empresas y administraciones, es buscar lo mejor para los trabajadores, para que puedan disponer de esa conciliación laboral tan deseada y para que tengan un entorno laboral cada vez mejor, pero eso tiene que ir unido con que las empresas puedan ejercer su trabajo y su labor».