La Universidad de Murcia está abordando este mes el sexto de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que se ha comprometido a conseguir: Agua limpia y Saneamiento. Teresa Navarro Caballero, profesora de Derecho Administrativo, es la secretaria del Instituto del Agua y Medio Ambiente de la UMU y pone el acento en la implicación, no sólo de las administraciones públicas y empresas, sino de todos los ciudadanos para cuidar cuantitativa y cualitativamente este recurso que es cada vez más escaso.

Este mes los ODS se centran en el Agua limpia y Saneamiento. Una visión poco habitual en el debate sobre el agua. ¿Qué puede aportar al debate?

Es un Objetivo de Desarrollo Sostenible muy importante, que no debemos ignorar solo por el hecho de que por vivir en un entorno más desarrollado no tengamos problemas de acceso al agua limpia y al saneamiento. Puede parecernos algo lejano porque en nuestro día a día, en nuestros hogares, centros de salud, escuelas? gozamos de estos servicios. Pero las cifras que nos ofrece la ONU nos permite constatar la magnitud del problema: 3 de cada 10 personas (2.100 millones) carecen de acceso a servicios de agua potable y 6 de cada 10 personas (4.500 millones) carecen de acceso a servicios básicos de saneamiento, como retretes o letrinas, lo que afecta de manera especial a mujeres y niños. Al menos 892 millones de personas continúan con la práctica insalubre de la defecación al aire libre. Es evidente pues que todavía hay demasiadas personas que no tienen acceso a estos servicios gestionados de forma segura, sobre todo en las zonas rurales, lo que aumenta el riesgo de contraer y transmitir enfermedades. Parece evidente y es de justicia que el agua potable, el saneamiento y la higiene en el hogar no deben ser un privilegio exclusivo de quienes son ricos o viven en centros urbanos, según nos recuerda el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Estos datos, como mínimo, nos deben hacer tomar conciencia de la gravedad del problema y llevarnos a valorar algo que quizá tengamos interiorizado.

¿Valoramos suficientemente tener agua corriente? Lo digo porque solemos reclamar a otros sectores que hagan un uso eficiente del agua, pero en nuestras casas el grifo no para de correr.

Justamente es lo que la sociedad que se encuentra en un entorno más desarrollado puede pasar por alto. El hecho de que abramos el grifo y podamos disfrutar de este recurso tan valioso o tirar de la cisterna y evacuar de forma higiénica y segura nuestras aguas residuales no se produce de forma milagrosa. Todos tenemos que tener conciencia de la importancia de este servicio y más aún en nuestro entorno más cercano. Por ejemplo, todos sabemos que en la Región de Murcia el agua es un recurso escaso que exige que todos desarrollemos unos comportamientos sostenibles. Esto es una obligación para la entidad que se encarga de prestar este servicio en ciudades como Murcia.

Ha mencionado Murcia, y es la entidad mixta Aguas de Murcia la que gestiona el servicio. ¿Considera que va en la dirección adecuada?

Aguas de Murcia es consciente de que debe gestionar de forma eficiente el agua y por lo tanto que debe optimizar al máximo su aprovechamiento y ser eficientes en la gestión de las redes de distribución. En nuestro municipio estas redes son muy extensas, son 2.220 kilómetros, por lo que una mala o deficiente gestión puede dar lugar a pérdidas del recurso importantes.

¿Cómo se gestiona de forma eficiente una red así?

Desde luego, apoyándose en la tecnificación del servicio, por ejemplo, con un sofisticado sistema de telemando y telecontrol que analizan y maniobran el estado de la red en unos 500 puntos. Esta extensa red está sectorizada y microsectorizada de forma que se detecta cualquier incidencia en el suministro (averías, fugas, variaciones de presión) de forma casi instantánea.

El cambio climático está poniendo en jaque muchos recursos naturales, entre ellos el agua. ¿Cómo podemos comportarnos en nuestros hogares contribuyendo a proteger un recurso tan escaso y vital?

Tomando conciencia de que el agua no es infinita y siendo socialmente responsables. Cada gota cuenta. Es evidente, por ello, que desde nuestros hogares podemos contribuir de muchas formas. Manteniendo hábitos de consumo sostenibles podemos ahorrar y contribuir a reducir la demanda: debemos sustituir los baños por duchas (llenar la bañera puede consumir hasta 140 litros); abrir el grifo el tiempo imprescindible (lo que supone cerrar la llave mientras nos enjabonamos, cepillamos los dientes o afeitamos); poner lavadoras y lavavajillas con la carga completa?Seguramente todos tenemos instalados en nuestros hogares dispositivos de ahorro en los grifos, pero también hay que evitar el goteo de grifos o cisternas pues supone un incremento del consumo y un malgasto.

Ha hablado de cantidad, pero, ¿qué pasa con la calidad?

Tenemos la obligación de ser sostenibles en nuestro día a día; intentar ahorrar al máximo en nuestra vida diaria, pero sin olvidar otra parte también muy importante como la necesidad de preservar la calidad del recurso. Para proteger la calidad del agua que usamos en nuestras viviendas tenemos también que adoptar hábitos sostenibles y racionales y, por ejemplo, no arrojar al desagüe o al inodoro líquidos u objetos que dificulten la actividad de depuración (aceites, bastoncillos, toallitas?).

En este contexto de escasez de un recurso tan vital en el futuro, ¿dónde encaja la desalinización y la reutilización?

En un lugar prevalente. La demanda de agua no va a dejar de crecer en un planeta que en 2050 tendrá casi 10.000 millones de habitantes, por lo que se espera que la demanda se incremente en un 55%. A la vez, la disponibilidad del recurso será cada vez menor por efecto del cambio climático. Es evidente que tenemos que contener al máximo la demanda pero seguimos teniendo la obligación de buscar y fortalecer fórmulas alternativas de suministro. Los recursos no convencionales, la desalación y la reutilización de agua, juegan ya un importante papel sobre todo en entornos de escasez, por lo que ha de seguir apostándose por ellas e incentivándolas.

Usted acaba de participar en un foro organizado por las Naciones Unidas sobre el agua. centrado en su reutilización. ¿Qué puede aportar o aporta ya la Región de Murcia?

La Región de Murcia puede aportar una dilatada experiencia en el reúso del agua especialmente en la agricultura. No olvidemos que la reutilización indirecta se viene realizando desde hace mucho en el regadío tradicional y la directa, con tecnologías más avanzadas, ha permitido utilizar de forma más racional y eficiente un recurso escaso en estas tierras fértiles. Si pensamos que a nivel global el 80% de las aguas residuales retornan al ecosistema sin ser tratadas o reutilizadas (UNESCO, 2017) no es de extrañar que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) esté apostando por el uso de aguas no convencionales (reutilizadas y desaladas) en la agricultura para alcanzar el ODS 2, 'Hambre Cero' y garantizar la seguridad alimentaria.

¿Cómo lo hacemos?

Nos encontramos ante una misión casi imposible. Ante esta difícil situación se impone un cambio de paradigma: debemos dejar de utilizar los recursos como si fueran inagotables y pasar de una economía lineal a una economía circular. Pero además debemos ampliar la circularidad. Aunque desde su origen la economía circular se ha centrado en los productos y bienes, es obvio que debemos extender sus principios y dictados al uso que hacemos de los recursos y utilizarlos de forma más racional y eficiente.

¿A qué sector se le puede exigir aún más?

Todos los sectores (urbano, agrícola, industrial, recreativo?) y usuarios del agua debemos tomar conciencia de esta exigencia y asumir la necesidad de hacer más con menos. Ahora bien, parece evidente que el mayor usuario del recurso como la agricultura está en disposición de aportar más y, por lo tanto, se le puede exigir más. En Europa, por ejemplo, el uso agrario representa entre el 60-80% de las extracciones de agua dulce y están concentradas en el sur del continente. Por ello, la UE también está tomando conciencia de la importancia de la reutilización y la está impulsando para el uso agrícola mediante un reglamento europeo que se espera que se apruebe en próximos meses. Con esta futura norma se pretende reducir un 5% del estrés hídrico que sufren los Estados miembros mediante la reutilización del 50% de las aguas que se depuren.