Si hay algo que no quiere ver una trabajadora de un Centro de Atención Especializada para Mujeres Víctimas de Violencia de Género (CAVI) es a una de sus usuarias volver a sus oficinas. «Sentimos mucha impotencia», cuenta María Jesús Sánchez Recio, asesora jurídica de uno de estos centros en Murcia.

Su labor consiste en aclarar a las mujeres que acuden al CAVI todas las dudas legales que puedan asaltarle y que sea consciente del proceso al que se tiene que enfrentar una vez ponga la denuncia contra su agresor. A partir de ahí, el procedimiento sigue el curso que imponga la justicia. Y no es fácil. «Muchas mujeres se arrepienten de haber denunciado a su expareja, salen del tribunal con un papel, la orden de alejamiento, y nada más. Se sienten inseguras», asegura Sánchez.

La experta está segura de que es necesario seguir «animando» a que las mujeres denuncien, sin embargo, subraya la importancia de que lo hagan «asesoradas». «Tienen derecho a que, cuando van a la Policía o a la Guardia Civil, les asista un abogado en el momento de interponer la denuncia. Muchas veces no está presente porque la mujer dice que no lo necesita». La realidad es que esto no es una obligación, pero sí un derecho. «Con asesoramiento, a lo mejor decide no poner la denuncia, o la pone acompañada del profesional que va a estar después con ella en el juicio», explica. Cada mujer que llega al CAVI lo hace con una situación única, «cada una tiene sus tiempos y a veces la denuncia no es el camino. Podemos ver otras vías para salir de la situación de violencia». Para entender esto hay que tener en cuenta que, de cara a un proceso judicial, las pruebas son determinantes. «Sin ellas va a ser muy difícil que ese juicio termine con una condena al supuesto agresor».

Cita previa

Cualquier mujer puede acudir al CAVI. Se pueden poner en contacto a través del 112, si la situación es de urgencia, o coger cita previa llamando al 901101332.