Cuando una mujer sufre una agresión o abuso sexual, es necesario que entienda que debe hacerse un examen médico lo antes posible. Esto facilitará la obtención de pruebas, que son esenciales de cara a iniciar un proceso judicial si llegara a producirse. Luego, la mujer, que queda «desnortada», puede tomarse más tiempo para intentar reconstruirse tras la experiencia sufrida. En ese espacio es donde se requiere de personas como Cristina Sánchez Angulo, asesora jurídica del CAVAX (Servicio de Prevención y Atención Integral a víctimas de agresiones y/o abusos sexuales), que participó el viernes pasado en las jornadas sobre intervención integral en materia de violencia de género organizadas por el Colegio Profesional de Criminología de la Región de Murcia

¿Recomienda a las usuarias del CAVAX denunciar siempre?

Hay que valorar la situación, ver el estado en el que se encuentra la víctima. Hay que tener en cuenta que esto es en lo último en lo que están pensando. Ellas quieren cuidarse, reconstituirse e irse a casa. Enseguida empiezan con estados apáticos, no quieren salir, están confusas, disociadas... Si no han puesto la denuncia previa -una vez se pone, se inicia un periplo judicial cuyos tiempos ya le vienen dados-, yo las suelo informar muy bien para que sean ellas las que decidan si quieren aventurarse en un proceso que va a ser muy difícil, especialmente duro y revictimizante para la usuaria. Además, es muy importante tener en cuenta cuál es el objetivo que tiene la mujer, de resarcimiento, de condena para el agresor... Pero, desde luego, hay que informarlas muy bien. Que no sea peor el remedio que la enfermedad.

Pero tiene que ser más duro aún saber que, si no denuncias, el agresor quedará impune.

Totalmente. Es cierto que hay unos plazos de inscripción en los que nos movemos dependiendo de la pena o del hecho. No tienen que denunciar inmediatamente. Bien distinto a la recogida de muestras, que hay que hacerla cuanto antes. Ahí vamos a contrarreloj. En cuanto a la impunidad, esto puede añadir sentimientos de rabia, pero quiero remarcar que la prueba es especialmente importante. ¿Cómo lo probamos? El agresor ha buscado un sitio oscuro y donde no existen testigos. Nos encontramos muchas veces solamente con el testimonio de la víctima y el del agresor. Esto es especialmente duro para la víctima, que es cuestionada continuamente y su credibilidad puede quedar en entredicho.

¿Se ha encontrado con jueces especialmente duros?

Hace falta mucha concienciación y sensibilización, no solo en el ámbito de la judicatura. Dicho esto, es cierto que me he encontrado con varios fiscales, sobre todo, especialmente duros. Hablamos de cuestionamientos que se hacen sin ningún tipo de tacto.

¿El caso de 'La Manada' tuvo efectos positivos o negativos con las víctimas?

Hemos tenido una doble experiencia. Hay usuarias del CAVAX a las que se les ha reabierto su dolor y otras que se han sentido reconfortadas y están más decididas a denunciar. Este tipo de casos genera alarma en algunos aspectos, pero también ayuda a que se conozca cuál es la regulación del Código Penal y pone el acento en que hace falta una reforma. No hay que olvidar que esta normativa es del año 1995 y no recoge todos los supuestos que se pueden plantear.

¿La familia puede ser un obstáculo por querer ocultarlo?

Generalmente no nos encontramos este tipo de experiencias. Nuestras usuarias suelen tener una red de apoyo bastante amplia y la familia les apoya. Tuvimos un caso en el que, aunque la usuaria ya era mayor de edad, el agresor era el padre. Ahí hubo un gran obstáculo porque la madre tenía un sentimiento ambivalente, quería a su hija y a su marido, pero esta no es la norma. Es un caso excepcional.

Imagino que al contrario sí ocurrirá. Mujeres que no quieren que se sepa.

Claro. Además, muchas veces el perfil del agresor no es el típico con pasamontañas que se esconde detrás de un arbusto, sino que suele estar en nuestro entorno. Es nuestro tío, nuestro primo, nuestro cuñado, nuestro vecino, nuestro amigo... Cuando se trata de un amigo, especialmente, la reticencia a denunciar es grande porque se siente vergüenza e inseguridad.

¿La condena al agresor es positiva para la recuperación de la víctima?

Depende del objetivo que se haya fijado. Si el fin es 'que pague por lo que ha hecho' es bueno; si lo que busca es volver a estar bien ella, será un mero trámite.

¿Y un fallo negativo?

Genera rabia cuando se ha puesto el foco en el proceso judicial. Hay que ser muy cautelosos porque gestionar estos sentimientos lleva mucho trabajo tratarlo después con la psicóloga.