Cuatro jóvenes adictos a redes sociales eran atendidos en Proyecto Hombre en la Región a lo largo del 2018. El dato se dio a conocer a mediados del pasado mes de octubre, durante la presentación en Murcia de la Memoria de Actividades 2018 de la citada organización.

Estas cuatro personas atendidas formaban parte del Programa Joven de Proyecto Hombre. «No lo contemplamos como una adicción, sino como un abuso, y dentro de éste se engloban las tecnologías de la información y la comunicación (TICs) en general, no solamente las redes sociales», matiza la directora del programa Proyecto Hombre Murcia, Asunción Santos, a preguntas de este periódico. La adicción a las redes «suele aparecer de manera comórbida al resto de problemáticas, es decir, a día de hoy este abuso se da en la mayoría de las personas que atendemos, reflejo de la sociedad en la que vivimos», remarca. Desde su experiencia apunta que «no suelen ser los jóvenes los que perciben tal problemática, sino que son los padres los que suelen informar de ella».

«Esto lo estamos escuchando como queja de los padres desde hace ya unos años, mientras que los jóvenes contemplan el uso de las TICs como normal, ya que sus iguales hacen el mismo uso que ellos», comenta Santos.

Asimismo, destaca que «el abuso de las TICs es mayormente ocasionado por una falta de control en los impulsos, provocado por diversas problemáticas asociadas, destacando problemas en habilidades sociales, falta de motivación en los estudios, conflictos familiares, baja autoestima y mala gestión del tiempo, entre otros».

«En los jóvenes que presentan este tipo de problemática, el objetivo no es el no uso de las TICs, sino el buen uso de éstas», manifiesta Asunción Santos.

«La demanda de tratamiento por esta problemática emerge cuando el uso de las TICs comienza a afectar a nivel académico o en las obligaciones, además del equilibrio social y emocional de la persona», explica. En este sentido, apostilla que «es primordial detectar qué ocasiona dicha falta en el control de los impulsos, y hacer un trabajo tanto con el joven como con la familia será determinante para el adecuado manejo de los dispositivos tecnológicos».

A este respecto, dice que «el trabajo familiar se realiza a través de talleres grupales para padres y madres, así como con reuniones individuales con el terapeuta de referencia». Y es que «es prioritaria la mejora de los vínculos paterno-filiares, a través de un buen manejo de la comunicación y de una correcta aplicación de límites».

En Proyecto Hombre son conscientes de que «no es lo mismo una adicción a una sustancia, que ocasiona una dependencia física además de psicológica, que una adicción sin sustancia, que solamente cursará con dependencia psicológica». «Con ello no queremos infravalorar la gravedad de las adicciones sin sustancia como, por ejemplo, los juegos de apuestas», deja claro Santos.

Por su parte, Eugenia Piñero miembro de la Comisión Deontológica del Colegio de Psicólogos de Murcia, apunta que «el uso de las nuevas tecnologías es una realidad cotidiana: la vida virtual y la presencial están en constante convivencia». «Aportan utilidad de tipo académico, laboral, lúdico o social. Sin embargo, cada vez con más frecuencia, y cada vez en edades más tempranas, su uso abusivo y en ocasiones adictivo, se ha convertido en una realidad que preocupa a familias, educadores y psicólogos», destaca esta profesional.

A su juicio, «es importante educar y dar ejemplo en el buen uso de los dispositivos móviles y de las redes sociales, y fomentar la autovaloración frente a la búsqueda de aprobación por parte de los demás, con frecuencia desconocidos».

«En aquellos casos en los que se observe que el uso abusivo de la tecnología y de las redes sociales provoca inconvenientes en el día a día (abandono de estudios o trabajo, restricción de relaciones presenciales...), es importante contar con la intervención de profesionales de la psicología que valoren la problemática y aporten el abordaje necesario para su solución», subraya Piñero.

Cinco síntomas de que hay un problema

De los nervios

Nerviosismo e inquietud cuando no se tiene acceso a Internet o la plataforma de la red social no funciona o es más lenta de lo habitual.

Urgencia

Que lo primero y lo último que se haga en el día sea consultar las redes sociales.

Despistados

Caminar mientras se utilizan las redes sociales. Ir por la calle mirando el móvil.

Tristes

Sentirse deprimido si los demás no interactúan contigo en la red con 'me gustas', retuits o de algún otro modo.

Envidias

Creer que la vida de los demás es mejor según lo que se ha podido observar en las redes sociales.

Si se dan varios de estos síntomas podríamos encontrarnos ante alguien adicto, dice la Chicago Booth School of Business.