­Acercar el complejo mundo de las finanzas a los más jóvenes, desde niños a adolescentes, es importante para que aprendan estas competencias aplicadas en el día a día. Fomentar el ahorro a través de huchas y juegos o gestionar el dinero por medio de pagas son algunas de las claves para que los niños se familiaricen con las nociones básicas.

De los tres a los seis años, uno de los primeros términos que aprenden los niños es el de 'dinero', lo que supone una oportunidad para ir explicando que este no sale del cajero por arte de magia. Se puede hacer ver que el banco es como una hucha o que los adultos trabajan a cambio de dinero para comprar comida, ropa, etc.

Hasta los nueve años empezarán a manejar conceptos como dinero, sueldo, cambio, ahorro, banco, hucha o tarjeta. De los 9 a los 12 años se sugiere asignar una paga para sus gastos y ellos deben pensar qué quieren hacer con el dinero, cuánto van a ahorrar y cuánto van a gastar y en qué lo van a emplear, manteniendo la cuantía dada. De este modo, aprenden a reconocer el valor del dinero, van ejerciendo una responsabilidad, tienen capacidad de elegir y desarrollan destrezas sociales.

A partir de los 12 años se pueden enseñar algunas ideas algo más complejas, como las de presupuesto o deuda.