La ministra de Economía y Empresa en funciones, Nadia Calviño, ha considerado este lunes que el desarrollo empresarial y el crecimiento económico debe ir ligado a los principios básicos de "estabilidad presupuestaria", "sensibilidad social" y "reformas estructurales" que, junto con el impulso a la formación de calidad, jugarán un papel fundamental en el crecimiento.

Lo ha dicho durante su intervención en la apertura del vigésimo segundo Congreso Familiar de la Empresa Familiar, que se celebra esta semana en Murcia y que ha inaugurado este lunes el rey Felipe VI.

Calviño se ha referido al "entorno internacional inestable e incierto" en el que se desenvuelve la economía global, que está en fase de enfriamiento y afectada por las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China o la salida del Reino Unido de la Unión Europea, entre otros factores.

A pesar de ello, ha dicho, la economía española "está capeando mejor que otros países" esa coyuntura y mantiene su expansión, con un crecimiento continuo de su PIB, si bien ha reconocido que será más moderado que en ejercicios anteriores.

Ha abogado por que el crecimiento sea "estable", "sin burbujas inflacionistas" ni aumentos del déficit, para lo que el Gobierno está tratando de aportar información clara y realista, sin "sobre reacciones" y diseñando una hoja de ruta "anclada" en los mencionados principios básicos de la estabilidad, la sensibilidad social y las reformas estructurales.

En ese sentido, ha destacado el reto de doblar el ritmo de reducción de la deuda nacional, de erradicar la pobreza, no solo por injusta, sino también por se un lastre para el crecimiento, y de poner en marcha reformas que respondan a los retos actuales con la vista en el horizonte de hacer frente al cambio climático, la digitalización o los cambios demográficos.

"Una de las prioridades más claras para el crecimiento sostenible es la apuesta por la educación, la formación y el capital humano", ha añadido, y ha considerado que estas son clave para "hacer frente a los retos y convertirlos en oportunidades".

Por último, ha puesto en valor que "España es un gran país, dinámico, que acumula diversos activos" para las empresas como son la seguridad física y jurídica, el aumento de empresas competitivas y líderes en sectores punteros, las infraestructuras y una población "activa, abierta, plural, flexible y dispuesta a afrontar los cambios", por lo que ha insistido en la importancia de contar con un gobierno "fuerte y estable" que permita aprovechar esas fortalezas.