La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos de la Región de Murcia (UPA-Murcia) ha expresado hoy, en la reunión convocada por el Gobierno Regional para la elaboración del Decreto-Ley de Protección Integral del Mar Menor, su exigencia de que el sector agrario no sea nuevamente vapuleado y criminalizado por los responsables políticos, movimientos vecinales, a cuenta de la elaboración del decreto.

Cuestionar la viabilidad del regadío del Campo de Cartagena es casi tanto como afirmar que debe suprimirse todo el regadío existente en España, recalca y opina que lo que es exigible es que los agricultores hagan bien su trabajo conforme a las normas establecidas y utilizando las técnicas de cultivo y modos de producción adecuados.

Esta organización agraria no es partidaria de "ocurrencias de última hora manifestadas por algunos que se arrogan la representación del sector agrario y ofrecen propuestas sin evaluar sus beneficios sobre el Mar Menor ni su impacto sobre el sector agrario", añade UPA.

UPA ha reiterado su convencimiento de que los agricultores van a ser actores imprescindibles para que puedan materializarse algunas de las actuaciones definidas ya como estratégicas para eliminar o minimizar el impacto de las actividades humanas sobre el estado ecológico del Mar Menor.

"Precisamente por ello, el conjunto de actuaciones debe ser planteado para ejecutarse con los agricultores y no contra los agricultores", explica esta organización en un comunicado de prensa.

"UPA no va a contribuir a que sea el sector agrario el que otra vez tenga que poner una mejilla y también la otra para lavar la cara de las Administraciones Públicas que, durante muchos años, han sido las exclusivas responsables de la parálisis de la ejecución de las actuaciones", añade la nota de prensa.

Conviene apuntar, añade UPA, que en la actualidad, la denominada agricultura "convencional", a través de los modernos sistemas de fertirrigación, ya aplica los nutrientes de forma extraordinariamente eficiente combinando varios factores, entre ellos el uso eficiente del agua, la máxima absorción de los nutrientes por la planta (evitando su filtrado a capas inferiores) y la utilización de productos que han superado exhaustivos y exigentes controles públicos para su autorización y utilización.