31 de diciembre. Esta es la fecha acordada por los pescadores de San Pedro del Pinatar y la administración regional para dejar de faenar tras el colapso que sufrió el Mar Menor hace algo más de una semana y que provocó la muerte masiva de peces y crustáceos.

Corresponde a la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente y al Ministerio de Agricultura abonar, al 50 por ciento, el dinero que se destine a este colectivo como lucro cesante, explicó el presidente de la Cofradía de Pescadores, Jesús Gómez.

Fuentes de la Consejería apuntaron que «aún se sigue trabajando y buscando la fórmula para dar ayudas que palien la situación» de los pescadores pinatarenses, «pero aún no está cerrada la cuantía».

Gómez insistió en que «de ninguna manera podemos pescar, porque el producto no tendría salida en los mercados, pero tenemos que comer, pagar la hipoteca de las casas, de los bancos...».

Durante estos tres meses se han marcado dos vías de trabajo: «Por un lado, recuperar ese mercado; y en segundo lugar, ver el alcance real del daño que esa capa de agua sin oxígeno ha hecho a los caladeros, así como el tiempo que pueden tardar en recuperarse».

En el primero de los casos siguen esperando a conocer los resultados de los análisis del agua que se recogió en el mar tras la mortandad masiva. Si demuestran que no hay ninguna sustancia contaminante, se pueden hacer campañas para volver a tener la confianza de los clientes, considera el colectivo.

«Comprobar el estado real de la pesquería requiere estudios exhaustivos y van a llevar tiempo», apuntó el patrón mayor, que también espera que se pueda valorar el estado de los fondos sin oxígeno (la capa de anoxia) y si se puede repetir la crisis.

Por último lamentó que el Mar Menor no se va a recuperar en un corto plazo de tiempo y que «sobre todo hay que actuar tierra adentro porque al mar hay que dejarle tranquilo».