Según informan desde el centro astronómico del Instituto Geográfico Nacional (IGN), esta noche será el momento perfecto para ver en su máxima expresión la luvia de meteoros de las oriónidas en determinadas zonas del territorio regional. Pese a que este año coincide con la Luna en fase de cuarto menguante, lo de que por sí no permite una observación muy favorable, los cielos despejados permitirán contemplarlas, sobre todo en la primera parte de la noche, antes de que salga la Luna.

Las oriónidas, una lluvia de meteoros de actividad moderada, tienen una tasa de actividad de entre 15 y 70 meteoros por hora y una velocidad de 66 kilómetros por segundo. Estos meteoros son fragmentos del cometa Halley, que orbita alrededor del Sol cada 76 años. La Tierra, siempre sobre las mismas fechas, atraviesa un anillo poblado con los fragmentos desprendidos del cometa Halley. Cuando uno de esos fragmentos (o meteoroides) entra en contacto con la atmósfera terrestre, se calcina por la fricción con el aire creando así el resplandor luminoso que conocemos como meteoro o estrella fugaz. El cometa Halley también es el origen de otra lluvia de meteoros, las eta acuáridas, que tienen su máximo entorno al 6 de mayo.

Las lluvias de meteoritos parecen surgir de un único punto, es el denominado radiante. Las oriónidas reciben ese nombre debido a que su radiante se ubica en la famosa constelación de Orión, la cual comienza a ser visible alrededor de la media noche en dirección este.

¿Qué hacer para ver las oriónidas?

Según informan desde el IGN, el lugar de observación ideal puede ser cualquiera con tal de que proporcione un cielo oscuro. Es preferible observar desde un lugar que tenga pocos obstáculos para la vista (como edificios, árboles o montañas), y no utilizar instrumentos ópticos que nos limiten el campo de visión. Aunque las oriónidas parecen venir de la constelación de Orión (de ahí su nombre), se pueden ver en cualquier parte del cielo. Conviene dirigir la mirada hacia las zonas más oscuras, en la dirección opuesta a la posición de la Luna si la observación se realiza antes de su ocaso. Lo más cómodo es tumbarse y esperar a que la vista se acostumbre a la oscuridad.