«Lo que está pasando en el Mar Menor es una prueba evidente de lo que ocurre cuando miramos para otro lado y la naturaleza acaba imponiendo sus escrituras de propiedad». Así se expresó ayer la ministra en funciones para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, después de visitar la laguna acompañada de autoridades y grupos ecologistas y de reunirse a primera hora con el presidente de la Comunidad Autónoma, Fernando López Miras. Ribera, que no dudó en calificar la situación que atraviesa el Mar Menor de «emergencia ambiental», quisó enviar un mensaje de solidaridad «a Murcia y a los murcianos» ante el episodio de mortandad de peces vivido el pasado fin de semana, un suceso que calificó de «extraordinariamente traumático» al haber tenido lugar «en uno de los espacios más emblemáticos del Mediterráneo». A su juicio, «no hay soluciones mágicas» para poner fin al problema, pero sí consideró necesario ser «muy rigurosos» en la aplicación de la leyes frente a «presiones y amenazas» que han puesto en peligro el equilibrio del ecosistema. «Eso significa que más allá de actuaciones puntuales hay que tomarse en serio las normas de protección ambiental, de gestión del agua, de los espacios y del litoral, porque si no esto no va a tener solución», arguyó. En ese sentido, la ministra insistió en que el Gobierno central va a reforzar los medios humanos y la capacidad de actuación, siempre desde el ámbito de sus competencias, que corresponden, principalmente, a la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) y a la direccion general de Costas. Pero la recuperación, remarcó, «va más allá» de la labor de acompañamiento del Ejecutivo central y recae principalmente en la acción del Gobierno autonómico, a quien confió la tarea de llevar a cabo un debate «de fondo» que «debería haberse dado hace mucho tiempo», en el que se analicen cuestiones como la ocupación del territorio y el desarrollo de buenas prácticas agrícolas, acompañándolo de «actuaciones integrales y sistémicas» y una reorientación de las prioridades. «Hay que trabajar con perspectiva para ir primando las buenas prácticas y desechar las malas, que han crecido exponencialmente en las últimas décadas y explican por qué estamos en un momento crítico», sostuvo la titular del departamento para la Transición Ecológica, tras lamentar que el ser humano, por desgracia, «es capaz de demostrar hasta qué punto podemos llevar fuera del límite el equilibrio de la naturaleza»

Ribera se mostró segura de que el Gobierno regional es consciente de la «transcendencia» que tiene para los murcianos preservar el capital natural y garantizar, al mismo tiempo, una viabilidad económica que «no pase por degradar el entorno», en clara referencia a la agricultura. Respecto a un audio difundido en las redes sociales que ponía el foco del origen del estado del mar en los vertidos de un tanque de tormentas, la ministra señaló que «lo que hemos visto», es decir, el agua de la laguna, ya de un color marrón, «no casa con algo tan menor».

Preguntada sobre las «exigencias» planteadas por López Miras, comentó que el presidente fue «muy amable» en su encuentro y que «no está en condiciones» de exigirle nada, ya que esa labor corresponde a los ciudadanos y al propio sentido del deber de los miembros del Gobierno. No obstante, se mantuvo en todo momento abierta, ante la urgencia, a trabajar «codo con codo» con el jefe del Ejecutivo autonómico.

Plan de vertido cero

«Contamos con un plan de vertido cero que engloba una serie de actuaciones estratégicas que hay que activar», explicó Ribera, quien avanzó además que los informes elaborados por la comunidad científica con los que su departamento cuenta ponen de manifiesto que «las cargas» que recibe el Mar Menor «son muy preocupantes». La ministra incidió además en la importancia de escuchar a la comunidad ecologista y a los pescadores, pues ambos colectivos conocen la realidad de la laguna y sus problemas de primera mano. Se trata, añadió, de «ser capaces de escuchar a todos y fijar una hoja de ruta con las prioridades».

La próxima semana se celebrará una reunión de la Comisión de Seguimiento del Plan de Vertido Cero plantear medidas que vayan al «origen» del problema y luchar así contra la «dramática situación» que afronta el Mar Menor.