Estremecedor y dantescto. Así definían los vecinos de Lo Pagán la escena que se encontraron en la playa. Prácticamente un mes después de las lluvias torrenciales provocadas por la gota fría o DANA y que se sospecha que provocaron la aparición de decenas de caballitos de mar muertos a orillas del Mar Menor o la de miles de peces en Islas Menores, los vecinos de las localidades costeras adyacentes a la laguna se volvieron a ver sorprendidos ayer por la mañana con la aparición de miles de ejemplares muertos de diversa fauna marina a orillas de la playa de Villananitos, así como en la zona de La Mota y La Puntica, en Lo Pagán, dentro del término municipal de San Pedro del Pinatar. Una circunstancia que obligó a izar la bandera roja y prohibir el baño.

Peces y crustáceos se amontonaban ante la sorpresa y tristeza de decenas de vecinos que aucdían a las playas de la zona. Al lugar se desplazaron efectivos de Protección Civil, agentes medioambientales y miembros de la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, así como agentes del Seprona que sacaron restos para realizar una investigación. La autoridades recordaron que algunas de estas especies podrían llevar varios días muertas, por lo que no son aptas para el consumo.

Sobre las posibles causas del suceso, uno de los científicos del Comité del Mar Menor, Javier Gilabert, apuntó «a la falta de oxígeno», lo que habría llevado a la fauna a acercarse tan peligrosamente a la orilla hasta asfixiarse en la superficie en busca del mismo. Según explicó, las lluvias torrenciales de la DANA provocaron la entrada de una importante cantidad de agua dulce en la laguna, que además arrastraba fangos y materia orgánica.

Esta entrada, que hizo subir sobre el medio metro el nivel del agua, al mezclarse con el agua del Mar Menor, provocó la formación de dos capas diferenciadas de agua debido a la diferencia de salinidad existente entre ambas, desplazándose hacia abajo aquella con mayor cantidad de sal, lo que conllevó una importante reducción de oxígeno en el fondo marino, situación que se agravó con la ingente proliferación de fitoplacton ocurrida los días posteriores a la tormenta.

Tras dos semanas de calma, la bolsa residual que aún no ha terminado de mezclarse y oxigenarse de forma correcta, ha sido desplazada hacia el norte por los vientos de Levante que soplan en las localidades adyacentes desde el pasado jueves, por lo que las especies han buscado entonces la superficie para poder respirar con normalidad hasta que han salido a la playa, como explica el científico.

Gilabert espera que unos futuros días de fuerte viento -aunque aún no se esperan según las predicciones-, provoquen una mayor oxigenación hasta resolver este problema que ayer conmocionó a toda la Región.