El caso de la carne mechada que ha provocado el mayor brote de listeriosis en España pasará a los anales de la historia de la salud pública como el claro ejemplo de lo que no hay que hacer. Así lo consideran algunos inspectores de la Región de Murcia, quienes afirman que con este caso se ha puesto de manifiesto la importancia de que la maquinaria de las alertas alimentarias y las inspecciones funcione a la perfección.

En la Región de Murcia existe una plantilla de 75 veterinarios que se encarga de la inspección de más de 16.600 establecimientos en los que se manipula, almacena o vende cualquier tipo de alimento. El director general de Salud Pública de la Consejería de Salud, José Carlos Vicente, señala que ellos tienen competencias cuando los productos ya son manipulados, mientras que en la comercialización primaria (fincas de olivos, vaquerías...) quienes llevan el control son los responsables de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente.

Concretamente, en los nueve primeros meses del año, de enero a septiembre, los inspectores de Seguridad Alimentaria han visitado 6.893 establecimientos de los 16.600 que hay en la Región. Los restantes se someten a las propias normas de autocontrol, ya que están obligados a tomar registros y muestras diarias, temperatura, grado de salinidad... controles que deben tener a mano por si llega un inspector y se los solicita.

En este periodo, se han abierto 170 expedientes de los que 142 han seguido su tramite y el resto se han resuelto al solventarse los problemas que se habían detectado. De los 142 expedientes que se han registrado de enero a septiembre de este año en 25 locales se han llevado a cabo decomisos, en 35 se ha propuesto el cese de la actividad y a 97 se les ha sancionado por las irregularidades detectadas.

Los motivos que pueden acarrear una de estas sanciones y que pueden suponer el cierre del negocio son muchos, aunque los más comunes son no tener el etiquetado correcto, incumplir el sistema de autocontrol obligatorio en cualquier empresa de este sector, no respetar las medidas de higiene o los controles de plagas. Los veterinarios también se encargan de analizar muestras e inmovilizar productos cuando se detectan contaminantes como el anisakis, la listeria o bien plaguicidas.

Empresas como la que fabricaba carne mechada en Andalucía, origen del brote de listeriosis que ha matado a tres personas y ha provocado varios abortos, son las más delicadas, ya que se encargan de la transformación de alimentos para su posterior venta. Restaurantes, hospitales, empresas de catering también son 'negocios calientes' en los que la inspección pone con mayor atención la lupa.

José Carlos Vicente explica que en la Región de Murcia no se han dado casos de listeriosis gracias al control que se hace de estas industrias, «aunque tuvimos conocimiento de que una de las tres empresas andaluzas implicadas en el brote de la carne mechada tuvo relaciones comerciales con una industria murciana hasta el pasado mes de marzo. Por ello llevamos a cabo controles y vimos que no ha habido problemas porque desde entonces no volvieron a hacer compras con ellos».

El director de Salud Pública destaca el «buen funcionamiento» del sistema de alertas alimentarias de la Aesan (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición) «por el que se notifica a todas las comunidades los avisos que puedan surgir en cualquier punto de España a través del Sciri (Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información)». La autonomía donde existe un riesgo avisa a la Aesan y ésta lo hace llegar a todas las comunidades para iniciar los procedimientos de control.

Sectores más controlados

Desde Seguridad Alimentaria señalan que el registro sanitario de empresas y alimentos tiene hasta veinte categorías que van desde las carnes y derivados, pescados y moluscos, huevos y derivados, leches, grasas comestibles y cereales hasta condimentos y especias, comidas preparadas y aguas y bebidas envasadas, entre otras. En este caso hay sectores en los que se hace una especial incidencia por su especial situación. El director de Salud Pública de la Consejería de Salud murciana pone como ejemplo el ámbito de las comidas preparadas, con 7.500 empresas en las que se han realizado de enero a septiembre 3.035 visitas; también está el de las carnes y derivados, con 1.839 establecimientos y 1.336 inspecciones en los nueve primeros meses del año; y el sector de cereales y derivados, que cuenta con 1.200 locales, y en el que se han realizado 504 inspecciones en este periodo.

Refuerzo de veterinarios

Actualmente Salud Pública cuenta con 75 veterinarios, de los que doce se han incorporado en el último año para reforzar el equipo, ya que los profesionales que había no lograban abarcar todo el ámbito de la Región de Murcia. No obstante, de esos 12 nuevos puestos aún quedan 5 pendientes de consolidar y el director de Salud Pública afirma que «existe el compromiso de hacerlo en breve».

Tipos de sanciones

El incumplimiento de la normativa y control alimentario puede acarrear sanciones económicas (multa), administrativas, sanitarias o penales, además de la pérdida de imagen que sufre el establecimiento. El tipo de infracción cometida por la empresa se determina en función al tipo de alimento y su riesgo. Por ejemplo, la carne fresca, la leche y los huevos, se consideran alimentos de alto riesgo.

También se evalúa el daño causado a la población (clientes o consumidores). Para cuantificar la sanción económica, ésta se puede considerar leve, grave o muy grave, y la cuantía puede llegar hasta los 600.000 euros. También la ley contempla en algunos casos el cierre del negocio temporal y por un plazo de hasta 5 años.

Sanción leve

De 300 a 3.000 euros.

Sanción grave

De 3.001 a 60.000 euros.

Sanción muy grave

De 60.001 a 600.000 euros y/o cierre temporal de 5 años.

Claves para la seguridad en los alimentos en casa

Mantener la limpieza

Lavar siempre las manos antes de preparar alimentos y también varias veces durante la preparación. Así como limpiar cuidadosamente todas las superficies y el menaje usado en la preparación de la comida.

Separar lo crudo de lo cocinado

Separar siempre los alimentos crudos de los cocinados y de los listos para comer. No utilizar los mismos utensilios, como cuchillos o tablas de cortar, para manipular alimentos crudos y cocinados. Conservarlos en recipientes separados para evitar el contacto entre ellos.

Cocer o asar completamente

Al cocinar hay que evitar que los alimentos queden crudos en su interior, especialmente la carne, el pollo, los huevos y el pescado. Sopas y guisos deben alcanzar la ebullición.

Temperaturas seguras

Almacenar en refrigeración lo antes posible los alimentos cocinados y los perecederos, preferiblemente por debajo de 5°. No guardar comida mucho tiempo, aunque sea en el congelador. Los alimentos para niños deben consumirse inmediatamente una vez preparados. No descongelar a temperatura ambiente sino en el frigorífico.