Nos hemos acostumbrado a tomarlos para cualquier clase de dolor. Tanto que poco a poco las dosis de ibuprofeno y paracetamol que consumimos han ido aumentando con el paso de los años, lo que está generando no pocos problemas de salud. Tras la alerta lanzada semanas atrás por sociedades científicas y médicos de familia, las farmacias de la Región se han puesto más estrictas y han comenzado a exigir receta médica para dispensar el ibuprofeno de 600 miligramos y el paracetamol de 1 gramo, una medida que ya se contemplaba en la Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos de 2006, pero que apenas se cumplía.

La alarma ha surgido tras detectarse graves efectos secundarios en personas, sobre todo ancianos, que ingieren dosis altas de estos conocidos analgésicos. «El ibuprofeno facilita que se retengan líquidos y el paracetamol se metaboliza a través del hígado, lo que genera toxicidad. Esto, en personas mayores se traduce en una descompensación de sus enfermedades», señalan los médicos de familia. Estos medicamentos son consumidos de manera muy generalizada para los dolores de boca, menstruación, articulaciones? «Las personas más jóvenes suelen tomarlos de manera puntual hasta que se les pasa el dolor, mientras que los ancianos toman dosis altas durante más tiempo, y ahí radica el problema».

Mayor concienciación

El objetivo de pedir la receta para administrar estos medicamentos es controlar su uso y también concienciar a la sociedad para que se consuman en dosis menores. «Para dolores leves, la dosis que se ha demostrado que mejor funciona de ibuprofeno es la de 400 miligramos administrada tres veces al día y respecto a la de paracetamol, con 650 es suficiente», explican los profesionales. Para este tipo de dosis no es necesaria receta médica.

El médico de familia murciano Pepe Martínez insiste en que el ibuprofeno se utiliza a cualquier edad y que «como medicamento antiinflamatorio es muy bueno, pero hay que usarlo con precaución porque no está indicado para todos los dolores, sólo para los procesos agudos». En este caso, hace hincapié en que no sólo hay que ser precavido cuando se trata de adultos, sino que «en los niños también se suele abusar del Dalsy sin tener en cuenta sus consecuencias».

El doctor Martínez asegura que el ibuprofeno de 650 ya es de por sí una dosis alta, por lo que pide a la población no excederla si no es necesario. Además, solicita a los responsables políticos que se regulen todos los antiinflamatorios y no sólo el ibuprofeno, ya que esto genera un gran desconcierto entre la sociedad.

Actualmente, cuatro analgésicos figuran entre los diez medicamentos más vendidos en las farmacias españolas. Tres de ellos son paracetamol e ibuprofeno fabricados por distintos laboratorios. Uno de estas empresas vende cada año 12,8 millones de cajas en nuestro país.

Pero hecha la ley, hecha la trampa. Algunos médicos de familia ya han detectado que hay pacientes que están tratando de sortear la necesidad de presentar receta para comprar dosis altas de estos analgésicos. «Hay gente que me dice que se está tomando dos ibuprofenos de 400 o dos paracetamoles de 600, lo que excede incluso las dosis que ahora se quiere regular», lamentan a la vez que insisten en los graves efectos secundarios que pueden provocar estos medicamentos. «Pueden provocar fallos renales, hepáticos, problemas gástricos y hasta insuficiencia cardíaca».

La Sociedad Española de Farmacia Comunitaria fue una de las entidades que a finales de mayo lanzó la alerta sobre la dispensación de estos medicamentos sin receta, algo que vulnera la ley. A partir de ahí el Consejo General de Farmacia lanzó una circular recordando la necesidad de cumplir en estos casos con la ley. Por ello, las farmacias de la Región de Murcia se han ido poniendo de acuerdo en exigir que sea el médico quien prescriba estos medicamentos, aunque algunas de ellas se quejan de que se da la paradoja de que no podemos vender sin receta el paracetamol de 1 gramo, pero sí el Gelocatil, que contiene 1 gramo de paracetamol.

Desde la Consejería de Salud murciana explican que no existe una campaña específica de detección para controlar las farmacias que exigen o no la receta para dispensar estos medicamentos, «sino que se actúa conforme a lo establecido por la normativa vigente» y que marca que sólo se puede dispensar sin receta Paracetamol de 600 e Ibuprofeno de 400. La Administración recuerda que por ley no se puede dispensar sin receta el paracetamol de un gramo ni el ibuprofeno de 600.

«Hay que insistir en que es aconsejable utilizar , en estos casos de analgésicos y antiinflamatorios, la mínima dosis que controle los síntomas», apuntan desde Salud.

Preguntados por a qué tipo de sanción se pueden enfrentar las farmacias que incumplan la normativa, la Consejería murciana explica que «la sanción que corresponde en este último caso sería por venta de medicamentos que requieren receta sin ella, y supone entre 30.000 y 60.000 euros, en función del volumen de ventas y si existe reincidencia u otros agravantes», por lo que pueden superarlos y alzanzar hasta los 90.000.

Desde el Colegio de Farmacéuticos de la Región también ponen de relieve que en ocasiones el boticario se encuentra ante un dilema, ya que hay ibuprofeno de 400 que necesita receta y otro que no. La diferencia radica en que unas presentaciones sí que están sometidas a la orden de precios de referencia y otras no, lo que hace que muchos laboratorios se aprovechen e incrementen los precios de los que son de venta libre.

Por ejemplo, un ibuprofeno de 400 mg que necesita la receta del médico tiene un coste de 2,06 euros la caja de 30 comprimidos, mientras que en el caso del ibuprofeno de 400 mg que no requiere receta el precio sube hasta los 6,66 euros con sólo 17 comprimidos.

Los médicos de familia insisten en que se ponga coto a la dispensación de medicamentos sin receta. «Aún estamos muy lejos de lo que ocurre en Estados Unidos, pero en este país los fármacos, especialmente los opiáceos, se han convertido en la tercera causa de muerte y las visitas a Urgencias por reacciones a medicamentos son muy frecuentes», afirman.

Ya en 2015 la Agencia Española de medicamentos y productos Sanitarios (AEMPS) emitió una alerta del riesgo cardiovascular por el consumo de altas dosis de ibuprofeno y dexibuprofeno. Sanidad recomendó entonces a los médicos no administrar dosis altas a pacientes con patología cardiovascular grave como insuficiencia cardiaca, cardiopatía isquémica, enfermedad arterial periférica o enfermedad cerebrovascular. También aconsejó que antes de iniciar un tratamiento a largo plazo con estos fármacos, sobre todo si se requieren dosis altas, se evalúen cuidadosamente los factores de riesgo cardiovascular asociados del paciente.