En cuanto a San Pedro del Pinatar, sabe de primera mano lo que pasa Rafa, un vecino que este año se ha quedado sin disfrutar de su casa de la calle Doctor Fleming, en Lo Pagán, por culpa de los okupas. No los tiene en sus vivienda, pero sí en la de al lado y, de hecho, a veces entran a su patio, a robarle agua y a tirar desperdicios.

«Se dan situaciones insostenibles, el año pasado entró una familia y este año ya son tres familias en 75 metros cuadrados», señala el afectado, que insiste en que sus vecinos ilegales están todo el rato «haciendo ruidos y fumando porros» en una casa que no les pertenece.

Él y su familia se han quedado sin veranear en Lo Pagán porque «básicamente, no se podía estar». Añade que, cuando ellos no están, los okupas «nos roban el agua: saltan por el patio de atrás, donde están las pilas y las duchas, y enganchan su manguera. Luego nosotros pagamos un disparate de agua».

Rafa fue a la Policía a contar lo que estaba pasando con unos okupas que han tirado más de una vez basura a su patio, donde han llegado a aparecer excrementos de animales. «La casa es del banco, ese es el problema», lamenta.

Laura (nombre ficticio) vive en Mazarrón y tiene miedo a que «me entren cualquier día», ya que «a unos amigos que teníamos de la playa, que son de Madrid, les entraron y ellos ya no han vuelto por aquí. Yo no sé si renunciaron o qué, pero creo que tienen miedo. Son gente con mala pinta».

Alrededor de 90.000 viviendas se encuentran ilegalmente ocupadas en España, según datos del sector. Se trata de una cifra que, aunque difícil de calcular, no ha parado de crecer.