El matrimonio de conveniencia entre el PP y Ciudadanos quedó consumado ayer con la incorporación de los nuevos consejeros del primer gobierno de coalición de la Región. Una vez resuelta la investidura del presidente regional, Fernando López Miras, el palacio de San Esteban acogía ayer la toma de posesión de los nuevos miembros del Ejecutivo y la celebración del primer Consejo de Gobierno bicolor en la historia de la Comunidad Autónoma. El jefe del Ejecutivo regional, que ha sido reelegido dos meses después de las elecciones autonómicas gracias al apoyo de Vox a su alianza con la formación naranja, defendió ayer que a partir de ahora «se acabaron los colores» dentro de su equipo. «Estaré orgulloso por igual de los éxitos. A todos miraré de igual forma», aseguró. Dijo también que los nuevos consejeros no tendrán cien días, sino diez días para responder de sus primera actuaciones, aunque les garantizó que se sentirán como en casa.

El nuevo Consejo está integrado por cuatro consejeros de Cs: la vicepresidenta, Isabel Franco; y los consejeros de Empresa, Industria y Portavocía, Ana Martínez Vidal; de Transparencia, Participación y Administración, la magistrada Beatriz Ballesteros; y Miguel Motas, de Empleo, Investigación y Universidades.

Por parte del PP se mantiene Manuel Villegas en Salud y Javier Celdrán asume Hacienda y Presidencia, mientras que se incorporan Antonio Luengo a Agricultura y Medio Ambiente, Cristina Sánchez a Turismo, Esperanza Moreno a Educación y José Ramón Díez de Revenga a Fomento e Infraestructuras.

La presencia de las cúpulas de los dos socios de gobierno en el salón de actos del palacio de San Esteban era otra de las novedades de la jornada. Los invitados se vieron obligados a mantenerse clavados en su sitio sin ninguna capacidad de movimiento, aunque el acto fue breve y los discursos, escuetos. Mientras los miembros del nuevo Ejecutivo posaban ante las cámaras en su primera foto de familia, los dirigentes de la formación naranja, parlamentarios y altos cargos que asistieron al acto se fotografiaban para dejar constancia del día en que el partido entraba a formar parte del Consejo de Gobierno.

Ambas partes se prometieron lealtad y se conjuraron para mantener «el diálogo» y el buen entendimiento.

Intervino en primer lugar la vicepresidenta del Gobierno regional y diputada por Ciudadanos, Isabel Franco, que defendió el propósito de su partido de contribuir a «la regeneración y la transparencia», que seguirá siendo «el santo y seña», después de haber conseguido en anteriores acuerdos de investidura que los cargos imputados por corrupción tuvieran que dejar el Ejecutivo y que desaparecieran los aforamientos.

Apostó también por la defensa de la igualdad «entre todas las formas de amar», en alusión al colectivo LGTBI, y se mostró decidida a trabajar en apoyo de «los autónomos, los emprendedores y todos los trabajadores».

Por su parte, López Miras presumía de presumía de los logros de su anterior gobierno y despedía a los exconsejeros asegurando que «hoy tenemos una región mejor que la que había hace dos años».

De cara al futuro sigue apostando por bajar impuestos, conseguir una financiación autonómica más justa y unas infraestructuras del Siglo XXI, además de recuperar el Mar Menor y apoyar la cultura.

A los recién llegados les animó a «trabajar en la calle, escuchar a la gente, conociendo sus preocupaciones de primera mano y hacer que los despachos sean un lugar más, pero no el único, en el que desarrollen su función».