La sesión plenaria comenzó con un minuto de silencio dedicado al crimen de Beniel en el que un padre mató a su hijo de diez años en su vivienda y después se ahorcó en la cocina. La alarma saltó porque el hombre, que contaba con antecedentes por malos tratos en el ámbito familiar, no entregó al pequeño a su madre en el horario en el que correspondía. Durante su turno de palabra, el líder del PSOE, Diego Conesa, subrayó ante los dirigentes de Vox que el parricidio del pequeño Cristian era violencia de género y no «intrafamiliar» -término acuñado por el partido de Abascal para referirse a cualquier agresión física que tenga lugar de puertas para adentro- porque «ese hombre ha matado a su hijo para matar a su expareja en vida». En su réplica, Juan José Liarte (Vox) sacó a la palestra un suceso ocurrido en Guipúzcoa, donde una mujer ahogó a su hija en la bañera, y criticó que este crimen y el de Beniel vayan a ser tratados de manera distinta ante la Justicia por culpa de la Ley de Violencia de Género.