Su tesis doctoral, confirma «una gran inseguridad lingüística» a la vez que una «solidaridad con otros dialectos». Rebeca Muñoz explica por qué los murcianos nos avergonzamos de nuestra forma de hablar, aunque al mismo tiempo le tenemos afecto.

¿Por qué se interesó por este tema para su tesis?

Me lo propuso mi director para mi Trabajo Fin de Máster y realizamos un sondeo, en el que encuesté a unas sesenta personas de la ciudad de Murcia. De ahí ya salieron contradicciones importantes y nos dimos cuenta de la relación amor-odio hacia el habla murciana, que nos hace tenerle un alta estima al mismo tiempo que la consideramos incorrecta. Ya existían estudios previo que indicaban que las hablas de la Región están estigmatizadas.

Se ha hecho a través de una encuesta difundida en redes sociales a 660 personas.

661 para ser exactos. Es curioso que en los resultados obtenidos no hay diferencias significativas en cuanto a edad, sexo, origen geográfico o nivel de estudios. Lo que tienen en común todos los encuestados es que son murcianos, todos comparten su identidad regional, por tanto hay bastante homogeneidad en sus impresiones sobre este tema. En la encuesta había tres preguntas abiertas en las que los encuestados han aprovechado para dar su opinión, soltar su frustración y revelarse, y han aparecido respuestas muy llamativas y emotivas.

¿Qué significa que los murcianos sentimos inseguridad lingüística?

Tiene que ver con la discriminación lingüística en el país, porque se considera que unos dialectos son más bonitos o más correctos que otros. La gente tiende a pensar que en unas zonas del país se habla mejor y en otras zonas se habla muy mal o peor. En los medios se puede ver cómo se ridiculiza más la forma de hablar de los andaluces y los murcianos que, por ejemplo, una persona de Cantabria. Un tercio de murcianos piensa que no se habla bien en la Región, y esto no es por diferencias léxicas o gramaticales, sino principalmente por diferencias fonéticas: acento y entonación.

¿Es correcto decir entonces que sentimos vergüenza?

En situaciones formales o cuando consideran que es importante hablar correctamente sí podemos sentir complejo o vergüenza, o incluso plantearnos disimular el acento. Y esto es muy triste porque los hablantes de otros dialectos no se plantean cambiar su forma de hablar en esas situaciones. Al mismo tiempo hay mucha lealtad al habla murciana, pero por mucho que uno aprecie su forma de hablar, el hecho de que por otro lado se nos desprecie o se considere inadecuada genera mucha inseguridad al respecto.

¿Por qué en el resto de España les cuesta entendernos?

Los propios murcianos se dan cuenta de que no los entiende la gente de fuera y se preocupan por esto. En la película Cuerpo de Élite, por ejemplo, cada personaje tiene un acento y unos tópicos de una comunidad, y el personaje murciano se caracteriza precisamente porque no se le comprende. Mi opinión es que no es el acento lo que hace que no nos entiendan, sino que hay otras variedades dialécticas que son más familiares porque aparecen más en los medios, ya que en éstos sigue habiendo una preferencia o una norma que se parece más a las variedades del norte. Cuanto más se aleja el acento de esa variedad normativa, más complejo puede tener el hablante.

¿Qué responsabilidad tienen en esto los medios de comunicación?

Muchos de los presentadores de televisión puede que sean murcianos o andaluces, pero esto no lo percibimos, si se les nota el acento es a los del centro norte de la península, pues son los más permitidos. Si todos los dialectos tuvieran la misma representatividad en los medios todos se comprenderían mejor.

¿Qué significa que sentimos solidaridad lingüística con otros dialectos?

Solidaridad significa apoyar al otro ante la adversidad. Empatizamos especialmente con los andaluces, comprendemos su situación porque la nuestra es parecida. Si te vas moviendo en un coche desde Sevilla hasta Cartagena, por ejemplo, puedes ir viendo que poco a poco va cambiando el habla, pero los límites son muy difusos. De hecho los murcianos piensan que los andaluces hablan igual o peor que los murcianos, sin embargo si se les pregunta qué acento les gusta más también consideran que el andaluz es el más bonito. Lo alentador es que el aprecio hacia el habla murciana se mantiene, lo que hará que se siga utilizando.