Pasan cada día de verano pero es muy difícil avistarlas. Las ballenas rorcuales, un enorme cetáceo que puede alcanzar una longitud de hasta 27 metros, viajan entre abril y octubre desde el Mar de Liguria (entre el sur de Francia y el norte de la isla de Córcega) hasta el Estrecho de Gibraltar para pasar al Océano Atlántico. Y en ese trayecto, visitan las costas de la Región de Murcia. Es habitual verlas en las costas de Cartagena y Mazarrón, sobre todo en los primeros meses de verano (junio y julio), pero para observarlas, hay que estar en el momento justo en el lugar adecuado, porque se estima que cada día pasan solo unas cinco ballenas juntas, a velocidad de vértigo a pesar de sus dimensiones (hasta 12 kilómetros por hora).

El director de la Asociación de Naturalistas del Sureste, Pedro García, asegura que han conseguido avistarlas en la zona de Cabo de Palos este verano: «Hay un primer paso en primavera y otro en verano. Atraviesan la costa este de la Península Ibérica, desde Cataluña hasta el Atlántico, y siempre pasan cerca de las costas de la Región», explica.

«Son capaces de cruzar la Región de Murcia en dos horas. El año pasado las avistamos tres veces; este año cinco. Pero las ballenas rorcuales son relativamente fáciles de fotografiar, porque se dejan ver», asegura Antonio Méndez, patrón de la empresa Cetáceos y Navegación S.L.

También en las costas de Alicante han sido avistadas. Esta semana un helicóptero del grupo de rescate del Consorcio de Bomberos logró grabar al menos a tres grandes cetáceos en la Marina Alta, en Denia.

Hace años, no era tan habitual ver esta especie cruzar las costas de la Región de Murcia, pero su presencia es cada vez más habitual. La rorcual común (Balaenoptera physalus) es el segundo animal más grande del planeta, solo superado por la ballena azul, que puede alcanzar hasta los 30 metros de longitud y las 170 toneladas de peso. Habita casi todo el planeta, a excepción de los polos, pero es más frecuente que se mueva por los grandes océanos como el Atlántico. Está catalogada como especie en peligro de extinción.

Casos poco frecuentes

Desde Cetáceos y Navegación aseguran que los avistamientos más habituales, que alcanzan hasta el 85% del total, corresponden a animales residentes en aguas de la Región de Murcia, como los delfines listados, los delfines comunes, los delfines mulares, el calderón común o calderón gris.

Pero este verano han apreciado una especie que se sale de lo común. A principios de verano, en las costas de Mazarron, consiguieron avistar un zifio de Cuvier (Ziphius cavistrostris). Esta especie es la más rara de ver en nuestras costas, y ni siquiera se sabe si es un animal residente o no, ya que suele habitar en las profundidades del mar.

El zifio de Cuvier es un cetáceo de hasta 7 metros de longitud, que, a diferencia de las ballenas rorcuales, nunca se deja ver a su paso. De hecho, expertos en biología marina solo sabían de su existencia en el Mediterráneo por algunos ejemplares que han aparecido muertos en las costas, pero casi nunca se consigue verlo moviéndose por el mar. Hace un par de años encontraron el cadáver de un ejemplar en la playa de Siscar, y hace cuatro años encontraron otro en La Manga.

Otro caso especial es el de la yubarta o ballena jorobada (Megaptera novaeangliae), que solo ha sido vista una vez en aguas de la Región de Murcia. Se trata de otra especie no residente que alcanza los 16 metros de longitud y destaca por su peculiar forma.

De vez en cuando también se pueden apreciar en las costas de la Región de Murcia los cachalotes (Physeter macrocephalus), un mamífero que destaca por la enormidad de sus dientes. Esta especie ha sido avistada en algunas ocasiones, pero no todos los años.

Todos estos avistamientos entran dentro de las rutas que organiza Cetáceos y Navegación S.L. entre las zonas de Cartagena y Mazarrón. También ofrecen actividades eco-turismo, formación medioambiental e investagación que se pueden consultar en su web: www.cetaceosynavegacion.com.