Una fuga en el sistema de bombeo del denominado pozo 'Cubas', perteneciente a la red de drenaje y sistema de recogida de lixiviados del vertedero de Proambiente, en Abanilla, ha provocado el vertido de este material contaminante a una rambla situada entre los términos municipales de Abanilla y Orihuela (Alicante).

Los lixiviados son un subproducto derivado de la descomposición de la materia orgánica de las basuras, contaminante y difícil de reciclar.

La bomba se instaló para bombear el lixiviado procedente del vertedero hasta la balsa de seguridad, explican fuentes de la Dirección General de Medio Ambiente y Mar Menor de la Comunidad Murciana, administración pública que gestiona el vertedero sellado hace unos años, cuyos técnicos han detectado este fallo.

Aunque en un principio se especulaba con la posibilidad de que la balsa hubiera rebosado, los técnicos de Medio Ambiente han explicado que este extremo se descarta, «ya que la balsa se encuentra a doscientos metros de distancia y a una cota inferior en unos 15 metros de la zona donde se observa la salida del lixiviado».

E insisten: «Se trata de una incidencia puntual en este sistema de drenaje que se va a solventar con la mayor urgencia posible».

Desde Medio Ambiente se apunta que gracias a este embalse de seguridad, que tiene una capacidad de 50.000 metros cúbicos, y que hasta la fecha ha recogido 40.003 m3, «se ha evitado que estos lixiviados finalicen en las ramblas o en otras zonas pertenecientes de Orihuela y Abanilla».

La gestión de los lixiviados de esta balsa, hasta su completo vaciado, está prevista en las actuaciones de recuperación del vertedero, para lo que se cuenta con un crédito plurianual (100.000 euros al año) para hacer frente a esos costes, indican las mismas fuentes, que añaden que «está previsto desde el principio en las actuaciones de recuperación del vertedero el vaciado periódico de esos lixiviados y su correspondiente tratamiento por un gestor autorizado».

Inversión millonaria

La administración murciana y también la valenciana, han invertido nueve millones de euros en el sellado de estas instalaciones y en la restauración del terreno que recibió basuras durante 15 años, lo que ha rebajado el peligro ambiental del recinto pero no lo ha eliminado.

La principal intervención fue el sellado de todos los vasos de vertido, la mayoría en la Región de Murcia. Pero queda pendiente una muy importante: la eliminación de los lixiviados.

La voz de alarma sobre este último vertido la ha dado Vertivega, la plataforma vecinal que en su día denunció el funcionamiento ilegal del vertedero y sus impactos ambientales en Abanilla, La Murada (Orihuela) y la Sierra y que ahora vigila la restauración.

El colectivo ha documentado el vertido con un vídeo en el que se observa la zona del recinto vallado y el área de escorrentía hasta una rambla en la que se acumula un charco, sin duda con lixiviados.

Las tareas de restauración de la parte murciana del vertedero, que en su día fue propiedad del empresario Ángel Fenoll, se abordaron por la vía de emergencia, por lo que no contemplan tareas de mantenimiento continuadas. La solución técnica a los lixiviados espera desde hace meses.

En la década de los noventa y primeros del 2000 los ayuntamientos de Abanilla y Orihuela miraban hacia otra parte cuando los vecinos que vivían en el entorno del vertedero de Proambiente denunciaban el grave impacto ambiental de la instalación, ahora cerrada por ilegal.