Jesús Fernández Gómez, 'El Pelao', uno de los delincuentes más conocidos de Valencia, se convirtió en los años 90 en «una institución dentro de la cárcel». Se hizo conocido allá por 1991, después de secuestrar a un niño miembro de un clan gitano y pedir hasta 50 millones de pesetas de los de entonces por su rescate. Ya en los 90 acumulaba una veintena de condenas, por las que le habrían caído, de cumplirlas, medio centenar de años de prisión.

Dentro de la cárcel, llegó a ponerse del lado de los agentes. Fue en un motín de la cárcel de Picassent, en el año 2007. Ocurrió que unos presos esposaron a los funcionarios y les atacaron con cuchillos, tijeras y destornilladores. Para negociar y frenar lo que estaba pasando, se recurrió a la mediación de 'El Pelao'. El respeto que le tenían los otros reclusos hizo que el motín terminase.