La investidura de Fernando López Miras parece abocada al fracaso y la presión del Partido Popular y Ciudadanos sobre Vox se recrudece para que se abstengan en la segunda votación.

Desde que el candidato del PP fracasara en su primer intento el martes, la estrategia seguida por ellos y por los naranjas ha sido la misma: «Vox comienza a paralizar las instituciones alineándose con Podemos y PSOE». Son las palabras que Fran Hervías, secretario de Organización de los naranjas, publicó en Twitter tras la derrota de López Miras. Pero no se quedó ahí: «Pedro Sánchez y Pablo Iglesias deben estar encantados con sus nuevos 'socios'».

Isabel Franco se sumó ayer a la estrategia de hacer ver a los de Santiago Abascal que no permitir la presidencia de López Miras es estar de lado del bloque de izquierdas. Entró al trapo y metió en la conversación al diputado de Podemos en la Región, Óscar Urralburu, que habló el martes en su intervención del pacto supuestamente cerrado entre PP, Cs y Vox: «Ayer hablaba de un trío sin saber que era uno de los invitados a la orgía».

El Partido Popular ya dirigió el martes su discurso hacia Pascual Salvador, presidente de Vox en la Región, en la misma línea. «Si no se produce esta investidura, sumará sus votos a los de PSOE y Podemos», sentenció Joaquín Segado. El aspirante López Miras fue también claro: «Cada acción tiene sus consecuencias y su negativa da alas a un gobierno de izquierdas». Solo faltaba el secretario general del partido, el ciezano Teodoro García Egea, por participar, y lo hizo ayer: «La única esperanza que tiene la izquierda hoy se llama Vox». El vicesecretario de Organización del PP, Javier Maroto, declaró también que «el Gobierno de una comunidad autónoma no se puede quedar en blanco porque no se produce una fotografía o uno se sienta a pedir cargos para uno solo».

Sin embargo, la presión no pareció surtir efecto alguno sobre los dirigentes de Vox. La cuenta oficial del partido respondió ayer al tuit de Hervías subiendo el tono de la conversación hasta límites que nadie podía imaginar. Llamaron al líder de Ciudadanos, Albert Rivera, «acojonado y «sinvergüenza». Además, le invitaron a «dejar de lamerle el culo a Macron» y sentarse a negociar «como gente normal». «Si no, pactad con el PSOE, que es lo que queréis», apostillaron.

Más tarde, los liberales contestaron a los insultos del partido ultraderechista a través de Twitter con un videoclip de Locomía cantando el tema ‘Loco Vox’ y con el mensaje: «¡Qué nivel, Maribel! Enhorabuena, ya tenéis estribillo del verano».

La Ley LGTBI sigue en el foco

El portavoz parlamentario de Vox, Juan José Liarte, recordó ayer que su formación está abierta a una abstención si Ciudadanos estudia la «derogación parcial o un posible recurso de inconstitucionalidad» sobre esta Ley de Igualdad.

Los artículos que quieren que desaparezca son los referentes a las charlas de educación afectivo-sexual en centros educativos, algo que, en opinión de Vox, choca con el derecho a la libertad de los padres a educar a sus hijos en sus valores.

La formación de ultraderecha estaría dispuesta a ceder en su pretensión de que PP y Cs se comprometan por escrito a la derogación de seis artículos de la Ley de Igualdad LGTBI y buscar una solución que pueda satisfacer a la formación naranja, aunque ha insistido en que los diputados liberales deben aceptar la propuesta.

Tras asegurar que las tres formaciones están «programáticamente muy cerca», Liarte ha comparado la «intransigencia» de Ciudadanos con las «cesiones» que ha realizado su grupo, como renunciar a la derogación total de la ley, que harían si tuvieran mayoría absoluta para sustituirla por otra que «garantizara los derechos» del colectivo LGTBI sin colisionar con los de los padres de los alumnos.

Sin embargo, ha afirmado que, en caso de que Ciudadanos se «enroque» en su negativa a estudiar cambiar el texto, serán los responsables de llevar la investidura de López Miras «al límite» y que no se pueda formar un Gobierno «que necesita la Región».