Se esfumó. Nada se sabe de Petra Lara desde que un día de marzo de 2018 saliese de su casa de Molina de Segura para no volver. Desde entonces, ninguna pista. Solo la que proporcionaba la grabación de una cámara de seguridad, pero de poco valió: se veía a la mujer caminar por una calle y ya.

Se removió tierra, mar y aire. Desde la Guardia Civil, Policía Nacional y Local hasta diferentes agrupaciones de Protección Civil de distintos municipios murcianos, junto con la ayuda de centenares de vecinos que sirvieron de apoyo en los primeros días de rastreo, fue el gran dispositivo que se formalizó en Molina de Segura para encontrar a la mujer, natural de Santiago de la Espada (Jaén).

Se llevaron a cabo rastreos por el río Segura por parte de la Unidad de Rescate Subacuática de Protección Civil de Cehegín y los buzos del Grupo Especial de Operaciones (GEO). Salieron a buscar los helicópteros del Centro de Coordinación de Emergencias 112. Nada, cero. Se movilizó gente desde Albudeite, Alcantarilla, Murcia, Caravaca, Totana, Lorquí, Aledo, Ceutí, Bullas, El Palmar, Campos del Río, Calasparra, Cartagena y Cehegín.

Petra tenía 72 años cuando se le perdió la pista. Aunque el caso ya no acapare titulares a diario en los medios de comunicación, la Policía Nacional no se olvida del asunto y mantiene abierta la investigación para tratar de dar con el paradero de esta mujer.