Dos generaciones. Dos experiencias vitales muy distintas. Un mismo objetivo: formar parte del cuerpo de bomberos de Murcia. Salvador García es de Murcia (del Barrio del Carmen) y tiene 45 años. Óscar Fernández es de La Unión y tiene 25 años.

El próximo viernes, 12 de julio, ambos comienzan su periodo de prácticas con los bomberos de Murcia tras haber superado el resto de las pruebas. Aunque compiten por una de las 30 plazas ofertadas para convertirse en funcionarios municipales, los dos coinciden en que existe un alto grado de camaradería entre ellos y con el resto de los aspirantes. «Sí, somos rivales, pero si tenemos que echarnos una mano, lo hacemos; notamos mucho compañerismo», comenta Óscar, y lo corrobora Salvador.

Los dos aseguran que el servicio a los demás y la acción y actividad física que permite esta profesión es lo que más les atrae. Ambos son conscientes de que el factor riesgo está ahí y lo tienen «totalmente asumido», como también saben que en todo momento se van a tomar las medidas necesarias de precaución y de seguridad cuando acudan a alguna llamada.

Ingeniero agrónomo

Salvador García Martínez no creció queriendo ser bombero. Fue tomando forma con el tiempo y, sobre todo, al tener contacto con miembros de este colectivo que son socios del mismo grupo de triatlón del que él forma parte.

Ingeniero agrónomo de profesión, a los 25 años se fue a hacer el servicio militar a Cartagena, tiempo que aprovechó para sacarse dos carnés de conducir camiones. Durante diez años estuvo trabajando en una empresa hortofrutícola de la Región, «donde estaba muy a gusto» e incluso donde tenía su propia parcela experimental.

Sin embargo, «echaba en falta algo profesionalmente», comenta. Y ese algo llegó de la mano de sus compañeros de triatlón. «Yo siempre he sido muy deportista, he montado en bici, he corrido maratones, he practicado judo... Y conocer a compañeros del grupo que eran bomberos me sirvió para dar el paso».

Con 35 años cumplidos, «y con el apoyo sin reservas de mi mujer», dejó su trabajo y comenzó a prepararse las oposiciones del Consorcio de Bomberos. Tenía una niña de un año y otra a punto de nacer. «Me quedé muy cerca de lograr la plaza y comprobé que con un poco más de trabajo en el gimnasio podría conseguirlo la próxima vez», apunta.

Esa vez llegó dos años después en otras plazas que convocó Aena para ser bombero en los aeropuertos. «Lo aprobé todo y ahora me están llamando». Pero entre tanto, se ha cruzado la convocatoria del Ayuntamiento de Murcia. «Con mucho esfuerzo, jornadas maratonianas de estudio y trabajo físico, he pasado todas las pruebas y aquí estoy». A un paso de lograrlo.

Grado en Educación Física

Óscar sí tenía claro desde los 12 años que quería ser bombero. Decidió estudiar CAFD (Ciencias de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte) para ir lo más preparado posible a las ofertas de empleo público que pudieran salir y con el grado de madurez que no se tiene recién salido del Bachillerato.

«Una carrera te da el hábito en el estudio que se necesita para estas pruebas, porque durante más de medio año mi vida sólo era estudiar y entrenar; nada de vida social», comenta.

También tenía que esperar a tener 21 años para sacarse el carné de conducir camiones, porque lo piden en la mayoría de las oposiciones a bombero.

Es el tercero de cuatro hermanos y en su familia no hay nadie que haya ejercido esta profesión, pero de ellos «solo he recibido apoyos y ánimos».

«Ahora están muy contentos y sobre todo satisfechos porque han visto que todo el esfuerzo que he realizado está teniendo sus frutos». Es la primera oposición que se prepara.