Bodegas Luzón ha cosechado importantes reconocimientos en el certamen, como el Oro de Luzón Colección Monastrell 2018, la Plata para Altos de Luzón 2015 y la Mención de Honor junto con la Medalla de Oro para Luzón Colección Monastrell. La pasión por el trabajo bien hecho ha dado buenos frutos. El gerente de Bodegas Luzón, Francisco Martínez señala que «todo reconocimiento, por pequeño que sea, siempre te halaga y te dice que el trabajo que realizas a la hora de crear los vinos es el adecuado, que vas por la buena senda». En este caso, que la propia DOP de Jumilla les haya otorgado la Mención de Honor a Luzón Colección Monastrell, creado con la uva más identificativa de nuestra Región, «supone toda una responsabilidad para mantener los niveles de calidad que exigimos a nuestros vinos».

Luzón elabora vinos, «para que la gente los disfrute. Al final todo se limita a eso, pero el recorrido que trazamos es sin duda lo que diferencia a nuestra marca del resto. Trabajamos siempre con el máximo nivel de exigencia en todas las fases de la producción de nuestros vinos, que empieza antes incluso de que asome la uva en la viña con una viticultura muy cuidada y sostenible. Trabajamos ayudándonos de los métodos más modernos y sofisticados, pero con la mente puesta en la tradición de la producción vinícola de nuestra región y de la propia bodega».

El responsable considera que contar con una red comercial eficiente «es indispensable para poder dar a conocer tus productos y tu forma de entender el vino». «Nuestro objetivo sería que cualquiera que quisiera beber vinos de nuestra bodega, los pudiera encontrar fácilmente, sin importar el lugar de España o del mundo en el que se encuentre. Por supuesto, que nuestras referencias aparezcan en establecimientos no especializados facilita el acceso de la mayoría de gente a nuestros vinos». Por lo que respecta a los avances en el mundo de la enología. Martínez reconoce que la calidad de la uva siempre va a determinar el tener un buen vino o tener un vino excelente. La viticultura no deja de ser una forma de agricultura y como tal, está condicionada por los elementos. Estamos pendientes de la climatología porque como a todos los que dependemos de los frutos de la tierra, nos puede condicionar el resultado en la elaboración de nuestros vinos».

Señala que es evidente que la enología avanza a pasos agigantados, «pero si el viñedo no está bien cultivado o ha sufrido las inclemencias del tiempo de una forma desfavorable, la ciencia no podrá crear 'uvas de calidad' para hacer grandes vinos».

En cuanto a las variedades escogidas en varios vinos realizan diferentes 'coupages' con otras uvas, y aunque la Monastrell es la base y protagonista indiscutible, trabajan también con otras uvas muy mediterráneas y muy bien adaptadas a nuestra región como la Garnacha Tintorera. También contamos con viñedos únicos de Cabernet Sauvignon, Syrah o Tempranillo, «que unidos a nuestra Monastrell dan como resultado verdaderas obras de arte. En el caso de blancos estamos haciendo grandes desarrollos con la Sauvignon Blanc».

Para terminar, señala que se sienten muy orgullosos de su añada del 2015 para Altos de Luzón, «así como el trabajo de la añada 2018 para nuestros vinos jóvenes, aunque ese dato nos gustaría que lo confirmaran mejor nuestros consumidores.