Dijeron que no le apoyarían y han cumplido su palabra. Vox ha votado en contra de la investidura del candidato del Partido Popular, Fernando López Miras. Junto a sus cuatro ‘noes’, los diecisiete del Partido Socialista y los dos de Podemos han tumbado el primer intento del PP de alcanzar de nuevo el poder tras las elecciones del 26 de mayo. Solo los seis diputados de Ciudadanos se sumaron a los quince ‘síes’ del Partido Popular (que no contaba con la presencia de la diputada Sonia Ruiz Escribano, capitana de la selección española de baloncesto en silla de ruedas, que se encontraba en un campeonato en Holanda). Mañana, jueves, 48 horas después de la primera votación, el candidato tendrá que ganar, esta vez por mayoría simple.

Juan Pablo Liarte, portavoz del Grupo Parlamentario de Vox, dejó claro en su turno para fijación de posiciones que «solo hay un obstáculo inamovible: la ciega e irracional negativa de Cs para negociar nuestro apoyo». Parecía que el dirigente de la formación de extrema derecha se excusara con López Miras cuando le dijo que «ni una sola vez» ha sido capaz de «conectar visualmente con ella» en su primera intervención.

Desde Vox aprovecharon de nuevo para acusar a la formación naranja de tener un pacto con el PSOE para formar Gobierno: «Muchas personas empiezan a barruntar que Cs busca una excusa para apoyar el sanchismo en la Región de Murcia». Asimismo, insistió en su deseo de que gobierne la derecha y el centro-derecha en la Región, «nada nos gustaría más, pero no de este modo», se lamentaba.

El candidato Fernando López Miras intentó convencer a Vox cada vez que subía a la tribuna de la necesidad de sus votos: «Cada acción tiene sus consecuencias y su negativa da alas a un gobierno de izquierdas». En este mismo punto insistió también el diputado popular Joaquín Segado: «Si no se produce esta investidura, Vox sumará sus votos a los de PSOE y Podemos».

El presidente en funciones intentó convencerles también enumerando las políticas en las que coinciden: «Necesidad de un Plan Hidrológico Nacional, en que hay que reducir la presión fiscal, en la garantía para los padres de que elegirán la educación de sus hijos, en la necesidad de una tarjeta sanitaria única y, por supuesto, en la imprescindible unidad de España».

Pese a todo, el enfado de los cuatro miembros del partido de Santiago Abascal con Isabel Franco, que se niega a hablar con ellos, pudo más y no cambiaron de parecer, sentenciando así el primer intento de investir presidente a López Miras.

Vox no existe para Cs

Los intentos de Vox para hacer reaccionar a la líder de Ciudadanos en la Región de Murcia cayeron en saco roto e Isabel Franco insistió en todo momento en que su formación había llegado a un acuerdo de Gobierno solo con el Partido Popular, cerrando la puerta a sentarse con Vox, partido al que ni siquiera nombró, aunque sí que aprovechó para negar una vez más la teoría difundida por la extrema derecha de la existencia de un pacto con los socialistas: «Ni ahora ni antes hemos tenido ningún otro pacto, y esa es una evidencia aunque hay quien se empeña en afirmar lo contrario».

En vano fue también el empeño del candidato López Miras para acercar posturas entre sus colaboradores necesarios de investidura: «Cs, PP y Vox coincidimos en que la mejor receta es la libertad económica, con los impuestos más bajos de España y sin que los hijos tengan que pagar por lo que sus padres les desean legar. Coincidimos en que debemos apoyar a emprendedores y autónomos, creemos en la libertad de empresa y en la libertad educativa. No hay razón para que las fuerzas que abogamos por la libertad no podamos ponernos hoy de acuerdo». Con razón o sin ella, ayer no hubo acuerdo.

Conesa mantiene la mano tendida

Diego Conesa, el ganador de las elecciones del 26M por número de votos, reconocía públicamente que le costaba entender el apoyo de Ciudadanos a López Miras: «Van a votar para que sea presidente de nuestra Comunidad al discípulo de Pedro Antonio Sánchez, que está imputado en varios casos de corrupción política y que, como bien sabe usted, es la persona que manda en el Partido Popular y toma las decisiones claves en el Gobierno Regional». Por este motivo invitó a Isabel Franco a enviar al PP «a regenerarse en la oposición» y le mostró de nuevo la mano tendida porque «289.000 votos y 22 diputados no son suficientes para la estabilidad que esta Región necesita»: « Si ustedes quieren garantizar un gobierno estable para la Región, necesitan al menos 751 votos más y también un escaño más», en clara alusión a la necesidad de contar con el beneplácito de Vox. Nada hace pensar tampoco que el socialista haya convencido a Franco.