En Bodegas San Isidro (BSI) llevan a gala su compromiso con la Monastrell como variedad de alta calidad enológica. «Castillo del Picacho Reserva 2015 es un vino 100% Monastrell, de uvas seleccionadas, elaborado para satisfacer a los paladares más exigentes. Son uvas de cepas viejas, de secano y bajos rendimientos que recogemos a mano. Su envejecimiento se realiza en barricas de roble americano de 220 litros, donde permanece 12 meses, para afinarse después en botella», dicen.

Para BSI, «participar en certámenes nacionales e internacionales que evalúen de forma periódica la calidad de nuestros vinos es esencial. En esta ocasión, en el Certamen de Jumilla obtuvimos la única medalla que se concedió en la categoría de Reserva y Gran Reserva. Todos los reconocimientos son importantes, nos indican el camino a seguir, y si además el premio te los dan en casa la satisfacción es doble. La Monastrell ofrece unas grandes aptitudes para largas crianzas y los vinos Reserva y Gran Reserva, tras unos años en los que parecían estancados, están ganando nuevos adeptos entre los consumidores».

Un catálogo muy diverso

Un catálogo muy diversoLa cooperativa se fundó en 1934 y se ha consolidado como principal productor de vinos de la DOP Jumilla. Desde la bodega aseguran que «en todos estos años, hemos escuchado al consumidor y contamos con un catálogo de vinos muy diverso. Es imposible que no haya un vino de BSI que no se adapte a un gusto o a un momento de consumo. Tenemos grandes marcas que son rápidamente reconocidas, como, por nombrar algunas, Sabatacha, la base de la filosofía de la bodega; Numun, nuestra gama de varietales de vendimia nocturna; el rosado de Monastrell Celia; la gama de vinos Genus que hemos renovado y ampliado, hasta llegar a los vinos Gémina, en los que capturamos el alma de la Monastrell y en donde se encuentra nuestro primer vino de parcela: Gémina Finca La Cabra. Una apuesta por poner en valor el rico patrimonio vitivinícola del que disponemos».

Añaden que, al estar en secano, «nuestros viñedos dependen de la generosidad del cielo. Son viñas con una edad media de más de 35 años, por lo que están muy bien adaptadas y son dan lo mejor de sí año tras año. Además, nuestra apuesta por la tecnología y la I+D+i es constante. Entendemos la tecnología como un medio para garantizar que nuestras referencias se adecuan a los máximos requisitos de calidad y asegurar que la bodega responde ágil y flexible a las tendencias del mercado».

Además de la Monastrell, base de su éxito, BSI tiene otras uvas que se han adaptado a las condiciones jumillanas como Syrah, Petit Verdot, Merlot y Tempranillo en tintas, o Verdejo, Airén y Sauvignon Blanc en blancas.