­El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida de Jumilla ha reconocido a Mayoral Reservado 2018 como uno de los mejores vinos de mejor calidad de la región. Mayoral Reservado 2018 ha conseguido la medalla de Oro de entre los más de 120 vinos presentados a la competición.

Fueron 22 vinos los premiados y, de todos ellos, Mayoral Reservado destacó entre los vinos tintos elaborados en contacto con madera de las añadas 2017 y 2018.

Más de 20 catadores profesionales han reconocido en este vino la calidad y el esfuerzo realizado para consolidar la visibilidad y difusión de los vinos de calidad de esta Denominación de Origen histórica.

Mayoral Reservado procede de Bodegas 1890, que debe su nombre al año de la fundación de García Carrión. Sus vinos son fruto del trabajo de seis generaciones que, a través de los años, han ido transmitiendo las prácticas culturales más adecuadas y a su vez adaptando las mejores variedades de uva a las tierras de Jumilla. Mayoral Reservado es uno de los secretos mejor guardados de la D.O. y, una vez más, este vino vuelve a ser reconocido por la crítica gracias a su exquisita calidad.

El nombre

El mayoral es el encargado de los viñedos y de la bodega en las grandes fincas, el sabedor de todo lo que ocurre en la propiedad, y por ello sabe cuáles son los mejores viñedos, cómo se comportan cada año, cuáles dan los mejores vinos y dónde están estos vinos en la bodega. El Mayoral Reservado es el tesoro escondido de nuestra bodega de Jumilla, aquel vino que el jefe de la bodega ha elegido por ser el mejor, su preferido, el que ofrecerá orgulloso.

Mayoral Reservado se ensambla en diferentes proporciones cada año, al gusto del mejor entendedor de la bodega, el mayoral; este año lleva un 70% de Monastrell y un 30% de Cabernet Sauvignon. Monastrell es la variedad autóctona de Jumilla, muy adaptada a las condiciones de sequía e insolación del entorno; su perfil organoléptico es muy reconocible por la fruta negra madura, las ciruelas pasas, los arándanos negros en mermelada y por toques mediterráneos de bosque bajo que recuerdan a plantas aromáticas. Es una variedad muy amable en boca, con poca acidez y cálida; se ensambla con Cabernet Sauvignon, variedad francesa adaptada a determinados sitios de la geografía española y que combina con Monastrell dándole mayor poder en boca, estructura, cuerpo y persistencia.

El mayoral sabe muy bien los viñedos que va a destinar a este vino, viñedos de rendimiento muy bajo, sin sobrepasar los 5.000 kg por hectárea, preferiblemente en secano y sobre suelos pobres, con arcilla, cal y piedra.

La vinificación se realiza en depósitos de acero inoxidable horizontales y rotativos; se realiza una maceración prefermentativa en frío para incrementar la extracción de aromas y color. Son depósitos especiales que aumentan la capacidad de intercambio entre los hollejos (que tienen todas las sustancias nobles) y el mosto: así se extrae la mayor parte de color y tanino. Después, un leve paso por madera para afinar, asentar los aromas afrutados sobre un fondo dulce y tostado da un vino que en su corta trayectoria cuenta con numerosos premios, como este de Jumilla; en Japón (plata en Sakura), Alemania (oro en Berliner Wine Trophy) o en UK en Decanter con 90 puntos.