En una fachada blanca en un lateral del Hospital Morales Meseguer, en Murcia, hay una pintada escrita con spray negro en la que puede leerse: ‘Antonio Nieto Galindo, libertad’. A su lado, el símbolo anarquista. La misma leyenda, con el mismo símbolo, está en la plaza de Toledo, también en la capital murciana, pero en este caso no pone ‘Antonio’: pone ‘Antoine’. El murciano Antonio (o Antoine, llamado así por sus vínculos con Francia, donde empezó robando coches) es uno de los reclusos que más tiempo lleva encerrado, condenado por distintos delitos (por «expropiar bancos», alegan sus defensores).

Ahora cumple condena en Campos del Río, la cárcel más grande de su tierra natal. En tiempos fue miembro de la Coordinadora de Presos Españoles en Lucha (Copel), un movimiento creado a finales de los 70 en la madrileña prisión de Carabanchel. Su fin: cambiar las normas de vida en el interior de las penitenciarías de la época.

Antonio Nieto Galindo, que no tiene a sus espaldas delitos de sangre, ahora mismo «sigue preso a pesar de padecer una enfermedad incurable y haber cumplido condena sobradamente: 50 años, 4 meses y 16 días, dándole fecha de cumplimiento para el 3 de enero de 2020», se lee en el portal Tokata, que se presenta como «un instrumento de comunicación de los presos en lucha».

En la misma web aparecen cartas que, afirman, ha escrito el propio Nieto Galindo, donde el hombre, desde Campos del Río, explica: «Siempre he sido considerado un rebelde y, la verdad sea dicha, si ser rebelde es oponerse a los abusos de poder, a las injusticias y tratos inhumanos, así como a los sistemas impuestos por los todopoderosos de los capitalistas… ¡yo me siento muy orgulloso de serlo!» «Mi vida ha sido una contradicción, y lo aclaro a continuación: me ha gustado tanto la libertad, que llevo toda mi vida preso», prosigue el reo, que asegura haber sufrido «torturas de la Policía franquista». También admite, en las misivas que Tokata le atribuye, haber agredido a funcionarios de prisiones. Por ejemplo, en 197 en el penal de Ocaña. «Disfruté viéndolos cómo corrían como ratas. Disfruté mucho, pero nos salió muy caro: nada menos que 380 días de castigo en celda de aislamiento», relata el veterano preso, cuando hace memoria.

Desde el blog El Miliciano, que se define como un portal «anarcosindicalista y de difusión de ideas libertarias», se dice de Nieto Galindo que «el compañero lleva 40 años preso, está enfermo de cáncer y tiene problemas de estómago». «Actualmente forma parte de los presos en lucha», recalca.

Las ciudades de Murcia, Barcelona y Tarragona fueron escenario, el pasado mes de febrero, de concentraciones de apoyo a Nieto Galindo. En la de Murcia, en la puerta de la Delegación del Gobierno, los concentrados portaban una pancarta en la que se podía leer: ‘No a la cadena perpetua encubierta’. Organizó la iniciativa la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), una agrupación de sindicatos autónomos de ideología anarcosindicalista de España.

Tienen claro que la cadena perpetua en España sigue vigente, y este recluso es la prueba viviente. El reo finiquitará su pena en España en enero del año 2020, pero aún tiene cuentas pendientes con la Justicia francesa.

En los escritos publicados en la web Tokata, Nieto Galindo denuncia que, en su periplo penitenciario, ha llegado a «perder el conocimiento» como consecuencia de «los golpes de las porras de los carceleros». Ha tenido «la cara chorreando de sangre» y ha llegado a estar «sin sentir mi cuerpo», asevera la citada página.