Familiares y allegados les esperaban en la puerta de la Ciudad de la Justicia, donde llegaron a poner una traca, que la Policía retiró, por lo que no llegó a explotar.

El ambiente, de jolgorio y celebración, más propio de una fiesta que de lo que era: la declaración, en el Juzgado de Guardia, de las personas que eran detenidas en la redada contra el narcotráfico que tuvo lugar en Murcia. Del total de 31 arrestados de entonces, la mitad acababa en el Juzgado de Instrucción Nº 5 de Murcia. Y, de ahí, a la calle, en libertad.

Para lanzarse a los brazos de sus seres queridos, que aguardaban en la puerta trasera de la Ciudad de la Justicia, junto a la barrera por donde entran y salen los furgones de la Policía Nacional. Cuando fueron conducidos al Juzgado, desde los calabozos de la Jefatura Superior de Policía, los sospechosos de la denominada 'operación Centro' iban tranquilos e incluso sonrientes. Quedaron todos libres, menos uno, que tenía un asunto pendiente con la Justicia.